jueves, julio 13, 2006

Una nueva crisis

La presidencia del Ecuador vive de crisis en crisis: acaba de entrar en una nueva etapa ante la actitud del presidente Alfredo Palacio al pedir la renuncia de sus cargos a todo su gabinete. (Actitud para eliminar colaboradores sin mirar el rostro).En el gobierno no hay liderazgo, si hasta se llegó a crear un cargo de superministro para una función que le corresponde al ministro de la política. Es el viejo truco creando pugilatos.
El hecho es que hay desconcierto por ausencia de liderazgo. ¿Adónde quiere llegar la administración del doctor Palacio? No hay manera de saberlo porque su gobierno se inició sin objetivos. Fue tan sorpresivo que en su exhalación primera solo alcanzó a ofrecer refundar el país. Retórica desde luego muy soñadora, fuera de realidad y por eso se ha fundido toda la administración.
Si hasta parece que cada colaborador quisiera hacer algo, pero luego cae en el vacío que lo obliga a bajar los brazos y dejar que el tiempo siga su marcha. Entonces ocurre que la causa de la inoperancia es de los colaboradores cercanos. Mientras tanto, el poder tras el trono (los grupos de poder) continúan la labor de zapa y preparan todo el andamiaje para la batalla del futuro inmediato.
No se dictan leyes beneficiosas para el desarrollo del país. Si se examina el Registro Oficial, se lo encuentra lleno de decretos condecorando a todo policía, o autorizando el viaje y representación al extranjero de funcionarios; como van en comisión de servicio los gastos son por cuenta del presupuesto del país. Parece que los ministros están adormitados esperando las oportunidades de asistir a convenciones, cumbres, reuniones, etcétera.
Temo que el Presidente esté influenciado con el espíritu de que en su gobierno todo obedece a la acción política. Está bien, sin acción política no hay gobierno; pero al mismo tiempo la administración pública exige el impulso multidisciplinario que nace, principalmente, en el conocimiento para la toma de decisiones presidenciales. El criterio administrativo debe ser único, pero para llegar a él hay que tener en mente el interés nacional, otros puntos de vista, provocar el disenso, y comprender bien el contexto. Un buen administrador (el presidente es el administrador del país) que cree saberlas todas es víctima de su ego, su vanidad y su autosuficiencia.
Un presidente recibe multitud de presiones. El quehacer político (que nunca duerme) abre muchos frentes que le causan desasosiego; al no tener el coraje para afrontar situaciones críticas pierde percepción, clarividencia y eficacia; virtudes que no se adquieren con el mero título.
Administrar el país sin objetivos concretos equivale a gobernar a la deriva. La consecuencia es lo que hoy se vive: una ruptura en la administración. Ya no queda tiempo para enderezar lo que se pudo haber hecho. El Presidente tendrá tiempo solo para "administrar el hoy". Sus colaboradores han conseguido que sus acciones sean inconsistentes y tengan una vida efímera y turbulenta. La ecología del gobierno del doctor Palacio, el ambiente creado en su entorno, ha traído incertidumbre.
Que los analistas de la política digan si el país no está como río revuelto...

jueves, julio 06, 2006

El futuro que llega

La refundación del país es mito; más vale creció el poder de la burocracia que se ha convertido en la voz cantante del porvenir, mientras, el presidente Palacio hace mutis. Pronto, pero muy pronto se ha desgastado su gobierno y aunque muchos hablan de un mejor tiempo, las realidades son otras. Si hasta parecería que no hay interés en componer los hitos del pasado, dejando de gestionar el futuro desarrollo del país.En la economía se siente y se vive inercia y la falta de acción enfermizas. Tal parece que el dios petróleo es la única obsesión de un régimen que frente a un proceso electoral, mejor es no moverse, ni hacer ruido.Pero también se observa inmovilidad en el sector privado de la inversión; algo así como que el Bloque 15 ha dejado una secuela de susto; algo así, repito, como un temor de que se haga fisga de las leyes, y se actúe con la misma “eficiencia” contra otros sectores de la economía. ¡Y vaya que han de haber casos y cosas!Técnicamente el TLC –que ha venido a ser un fracaso por pobreza de visión– es agente en esta parálisis: el Tratado es un instrumento para dirigir la nueva competición, que ahora es global. Dividido el mundo en bloques, para competir habrá que ser diferente. El nacimiento de nuevos mercados productores obliga a la transformación y la innovación empresarial. La aparición de nuevos mercados y productos y los cambios que se operan en la alta tecnología, están cambiando el mundo, la orientación y la dirección de los negocios.En el país hay ejemplos de negocios que no entendieron que la innovación es parte de la buena administración. No vieron la actividad desde otro enfoque y siguieron en más de lo mismo. Aunque fueron vertedero de dinero, desaparecieron del mercado. Ni qué decir del boquerón que se abrió en la economía del Ecuador cuando por arte de un decreto se trasplantó el dinero a otros bolsillos mediante una monstruosa devaluación que barrió con el ahorro cuantitativo y cualitativo.Las corrientes de negocios están cambiando. Igual habrá de ocurrir con la mentalidad del empresario. Y no se diga de los programas universitarios que se interesan en posgrados; los graduados confían en que están preparados para afrontar el reto de obtener los resultados que las empresas esperan. Las nuevas decisiones deberán disponer de eficaz retroalimentación (control y auditoría interna).El mundo de las empresas está pasando de la fase administrativa a la empresarial. Son las universidades las que tienen que formar la mente empresarial de sus graduados; lo que significa tener presente la innovación y el resultado.Igual que se lo hace en algunas empresas, las organizaciones tienen que formar con programas dentro de ellas, una fuerte corriente hacia la creatividad y la innovación. La primera es desarrollar una mente creativa; y la segunda, enseñar que hay diferente manera de hacer las cosas.Los mercados cambian sus preferencias en razón de una serie de factores. Ahora mismo con el resultado del campeonato Mundial de fútbol habrá que fijarse bien en las tendencias que irán apareciendo.Es tiempo de percibir las oportunidades y riesgos del futuro.