jueves, agosto 05, 2010

Conflictos

(Agradezco a todos mis amigos, parientes y colegas que se interesaron por mi salud).

El presidente Correa parece tener un atractivo muy particular para los conflictos. Cada día aparecen nuevas formas de problemas que lo obliga necesariamente a dedicar gran parte de su tiempo a pensar en cómo desatar los nudos, resolver los problemas, y crear las condiciones necesarias para seguir adelante.

Sin embargo, su tono ha bajado en estos días y se siente una paz, capaz de mejorar las condiciones climático-político del país, que permitan ir llegando a un estado de confianza para mejorar la inversión productiva que tanta falta hace al país.

Hay un largo inventario de problemas que realmente asustan y crean inseguridad; problemas que van desde los estudiantes hasta los de La Concordia. No se puede negar que en todo habrá una mano política para generar oposición e inestabilidad.

La reacción del Presidente ante estas situaciones no es nada pacífica, porque comprende que primero tiene que manejar la estabilidad del Estado; sin embargo, sus actitudes no son las que debían ser frente a ciertos escándalos, como por ejemplo: los errores en los contratos públicos de tantísimos millones.

El Ecuador necesita un clima de paz, para que el gobernante pueda gobernar, y no tiene esta característica precisamente por todo lo que estamos viviendo en este momento y que sacude tremendamente el clima de normalidad que debe tener un país para ser desarrollado y progresista.

Acaba de terminarse con los contratos petroleros, y esto necesariamente va a traer un clima político inquieto, porque van a aparecer nuevos problemas nacionales, y el Gobierno debe estar preparado para atenderlos en beneficio del país.

Se necesitan empleos en el país y es mediante la inversión productiva y dirigida que podrá progresar bajo condiciones globales que den trabajo a tanta gente. La seguridad en sus varias fases es una amenaza cada día más grave, y no es solo con aumento de policías que el problema se va a resolver. El problema ya es viejo pero se ha agudizado por efecto de que las condiciones económicas del país no han permitido que haya el suficiente trabajo, y mientras que los grandes intereses económicos no trabajen a todo tren para mejorarlas, se agravarán más.

El esfuerzo del presidente Correa debe ser en esa dirección antes mencionada, es decir la inversión que aumente el capital y el trabajo.

Existen conflictos graves y variados alrededor del Gobierno y está muy bien si el Presidente los toma con serenidad. El país no necesita lucha entre grupos sociales. Si por la reelección se trata de crear el ambiente más conveniente, la oración puede responderse por pasiva y entrar en un estado de caos del cual será muy difícil salir.

No pasemos por alto que tenemos la influencia venezolana, que a todo momento le interesa la situación ecuatoriana, particularmente ahora que se han roto las relaciones con Colombia. Venezuela quiere el dominio bolivariano y es el canto de sirena con el cual nos quiere atraer.