jueves, enero 19, 2006

¿Cambiar o no cambiar?

El mundo no está satisfecho con lo que es actualmente: quiere cambiar y busca otro modelo. ¿Cuál sería el indicado?, es la gran pregunta. ¿Podrán la educación, la inteligencia y la sabiduría dar la respuesta a esta realidad?Es muy complejo encontrar la respuesta para la acción, puesto que los factores de incidencia son variados y afectan a la sociedad, su política, su economía; en general, a su cultura.
La velocidad del cambio y el conocimiento de lo que es hoy una conciencia global afecta y obliga a la mente a ser un habitante global, lo cual significa mantenerse informados través de los multimedios. Por suerte, internet pone al alcance de la humanidad esta ventaja.
Así es como se llega a ver al mundo de otra manera. Así es como el dominio de pueblos y naciones tiene otra configuración, otro diseño.
La esclavitud física y mental que ejercieron grandes líderes tiene en la actualidad otro sentido. Las alianzas políticas, los trucos electorales, los tintes como intenciones escondidas de los candidatos, y la corrupción en todos los estamentos, han generado una fuerza increíble y negativa en la administración global.
Las empresas, de negocios y las que no lo son, no están exentas de este juicio. El manejo económico, el mundo del dinero físico o electrónico, incide en forma significativa en el nuevo panorama. La creación de dinosaurios financieros para dominar áreas específicas de países y continentes, cambia en profundidad la estructura de la economía y, por consecuencia, la cultura de los pueblos.
La rigidez empresarial y hasta los principios éticos están cambiando. Mucho de lo que antes fue delito e ilícito, hoy tiene carta de naturalización y menú de bienvenida. Con el sobado sambenito de que el comprador tiene la razón, se atropella cualquier principio moral, legal o económico que ordene el recto sentido de administrar.
Lo expresado no es una proposición para dedicarse a obras pías; es más, vale el toque de atención para muchas acciones que ocurren en el mundo, y que por ingenuidad o resistencia a admitir el cambio caen víctimas del juego del dinero.
El título de este comentario encierra el deseo de despertar principalmente en el sector empresarial la necesidad de un cambio significativo en las estructuras, que de ninguna manera es coyuntural. La gente cada día está mejor informada y va sustituyendo al músculo con la mente. La innovación, no tanto la invención, están dando origen a un nuevo tipo de administración. El recurso humano va siendo administrado, más que por contabilidad, por otros procedimientos más allá del taylorismo, pero quizás más cerca de McGregor.
Igual, la administración tiene que revisar su modelo: determinar si la lleva por el conceptualismo o por el modelo financiero (énfasis en las operaciones). Se trata de una filosofía para administrar con que Bill Gates se convirtió en el padre de la velocidad. Las empresas con mal desempeño caerán en manos de empresarios visionarios que entienden el management de la nueva era.
No será cuestión de saber si se está haciendo bien o se está haciendo mal; dentro de las empresas hay ejecutivos que se dan cuenta de la nueva realidad, pero el miedo a manifestar el disenso los paraliza. Prefieren seguir atados a la noria.
A pesar de todo, la disyuntiva sigue en pie.

jueves, enero 12, 2006

El mundo global

Hace más allá de seis décadas sentí mucho interés por las noticias mundiales. Aprendí algo acerca de la radio y su uso en las noticias y las comunicaciones. Por entonces no había audio y la transmisión se hacía en alfabeto morse. Aprendí a manejar el manipulador, o llave como también se lo llamaba, y hasta llegué a usar el vibroplex, llave de alta velocidad.La sensación que entonces tuve fue de que tal tecnología reducía el mundo de la información, que por entonces parecía haberse vuelto instantánea. En más allá de medio siglo las cosas han cambiado. En la actualidad la información global no es al minuto sino a la nonagésima de segundo, transmitida desde el mismo sitio de los hechos.El mundo de los negocios, me atrevería a decir que también el de la medicina, son los mayores beneficiarios del avance en la tecnología de la información. (Ahora se puede estar operando a un paciente con la asesoría o dirección del profesional más especializado que está en la pantalla en un país distante en que se está efectuando el acto quirúrgico). La revolución de esta tecnología llega con más exigencia a la empresa de negocios, en la cual el dinero y la utilidad resultante es el producto de la sabiduría del empresario para tomar decisiones frente a la competencia, los tipos de cambio y el entorno (la oportunidad).(El entorno ecológico de los negocios, no es autoría de Dios: es producto del conocimiento del hombre, que la fabrica).La tecnología difiere de la técnica; esta demanda la creación de un nuevo diseño mental en la dirección (gerencia o administración de empresas) que se adapte a las exigencias y perspectivas del cambio. (El petróleo como nueva riqueza y sus guerras derivadas, están cambiando la dirección del mundo. El localismo, la libertad de decisión, el disenso y hasta la oposición, son factores ambientales, entre otros, que exigen un replanteamiento educacional en la mente de los líderes empresariales de la época. Luego de la caída del Muro de Berlín, Estados Unidos toma la dirección de los mundos económico y militar, y juega a desarrollar su política dominadora cuyos efectos van siendo negativos. Sus planes de desarrollo del Tercer Mundo comienzan a trepidar.Ha terminado la época del balón de ensayo. Hoy domina la realidad que el empresario tiene que aprender a verla, percibirla e interpretarla todos los días para fabricar el futuro. Acostumbrados a vivir en un mundo lineal, entre factores previsibles en que la diferencia y el enfoque de productos y actividades casi no movían el objetivo, la turbulencia es la característica de la economía del futuro y la inestabilidad ideológica en la política. Para obtener el provecho de la nueva forma de pensar, el empresario, gerente o administrador, debe aceptar y también estimular el disenso. Tiene que doblegar su arrogancia y compartir, estimular y aceptar nuevos criterios para el desarrollo geopolítico que se abre por efecto del conocimiento y la globalización de la información.De acuerdo con el pensamiento de Morris West: no se trata del extremismo de derecha o izquierda, sino de evitar seguir por la senda trillada.

jueves, enero 05, 2006

Sin alternativa, a la deriva

¡Qué paradoja está viviendo el país por dos acontecimientos en su vida política! Los diputados están de vacaciones; así los medios disponen de más espacio para “culturizarnos” en otros temas; y porque el Presidente ha vuelto a meter la mano en el bolso de sorpresas buscando colaboradores para su inestabilidad emocional y administrativa.El estilo para gobernar, característico del Presidente, cada día es más evidente: sin visión ni perspectiva, sin estos factores el administrador, aunque sea intuitivo, no busca alternativas (la arrogancia es mortal en administración). Así, sus colaboradores, seleccionados por distintos medios, sin objetivos precisos, caen en manos de sempiternos burócratas al servicio de intereses particulares. Es el juego de la gallina ciega.El Presidente está enredado en sus propias redes. No acierta a salir, y quizás, en ese afán, cada vez cae en nuevos hoyos, con la complacencia de la oposición política visible y la subterránea también. Parecería que ya ni hace falta que lo empujen.El último episodio son los cambios en el Gabinete. No es que ha faltado oxígeno en el Gabinete: lo que falta es dirección. No tiene sentido político y administrativo la forma en que se prescinde de la Ministra de Economía, cuando por propia declaración de ella, dice que no ha hablado con el Presidente durante dos meses y medio. Esta actitud sería una prueba de que ni le dio misión ni controló el desempeño; cuando es vital para un país con una economía tan vulnerable, crear políticas de desarrollo económico para generar bienestar. Un médico que cree que la dolencia de su paciente se curará solo por evolución, sin la medicina adecuada, estaría dejándolo que muera.El Presidente es inteligente pero carece de la sabiduría necesaria para sus decisiones, o está dejando que otros las tomen por él. ¿Hay acaso un Mefistófeles a su espalda? ¿Es el Presidente un individualista, un descreído, influenciable o terriblemente arrogante? ¿En dónde radica la falla administrativa?Lo terrible es el porvenir, la perspectiva del país. ¿Qué tenemos a corto y largo plazo? Si usamos visión de gran angular, solo se pueden ver crisis de diferente orden.Nadie puede negar que el Mandatario es persona inteligente y que tiene educación. En dirección de política pública no es cuestión de “veamos qué sucede”, porque esta actitud es de aprendices. Equivale a subestimar a la comunidad que lo eligió.Medite, señor Presidente. No espere que le llegue la sabiduría asesora: búsquela. Amplíe su pensamiento para que vaya más allá de lo que es su experiencia médica. Cambie su punto de vista.El año 2006 será un desafío histórico, por la circunstancia electoral; pero que traerá graves problemas en el área de desarrollo económico, TLC, manejo de política internacional con los nuevos gobiernos que están surgiendo; exportación de productos primarios, utilización de petrodólares para el bienestar, y un largo etcétera.Recuerdo ahora lo que dijo un gerente profesional de una empresa en Colombia, que estaba prácticamente quebrada: “Yo salvo a esta empresa, pero mañana todo el mundo deberá pasar por la caja y cobrar lo que será su última remuneración”. Al cambiar su perspectiva, convirtió la situación negativa en prosperidad.