jueves, enero 25, 2007

Míralo por donde anda

El país demanda atención constante, inteligente y vigorosa de su gobernante. Es injustificable que el presidente Rafael Correa antes de conocer si el asiento que tiene que ocupar es redondo o cuadrado, se ausente del país para atender una visita, a una reunión sin mayor trascendencia aún.En su ausencia ya sucedieron varias cosas en la macropolítica: se designó Fiscal de la Nación y se quiere nombrar Contralor. Con su beneplácito o no, son decisiones que deben suceder estando presente el Mandatario.¿Nos da esto la medida de lo que podemos esperar para el futuro administrativo de esta zarandeada porción de este planeta Tierra? Que no se nos tome como campamento de boy-scout.La ausencia por fugaz que sea, es injustificable. No habría lugar a censura si la nueva administración estuviera rodando; el hervidero, la olla de grillos está en plena ebullición. Dejar nudos por desatar, problemas políticos sin resolver a merced de los tejedores y los creadores de un nuevo mercado político, son nada menos que superficialidad de gobierno.Dada la fogosidad del presidente Correa desde su aparición como candidato, hubo la sensación de que podría tener programas de emergencia o contingencia para inyectar un energético a la economía ecuatoriana, a la par que creara la motivación de los agentes económicos e inversionistas para que estos aprecien con confianza el futuro del desarrollo económico; pero sucedió que el discurso de posesión fue una repetición de lo conocido y clamado por años. Poco o casi nada nuevo, más vale amenazas que intimidan y previenen que se tomen las precauciones de rigor.Se ve en cada momento político que pasa una especie de afán de utilizar el tiempo en malabares de negociación como que si lo más importante para el Ecuador sea la Constituyente. Parecería que es mejor el juego político antes que reducir la distancia de la pobreza y de la pobreza absoluta.El letargo en que está sumido el país tiene sus raíces en el petróleo que apareció en la década del setenta. Esta riqueza volvió sedentario a los gobiernos y en esta mojiganga lo bueno estaba en lo bien que funcionaran los contratos del petróleo. ¿Cómo ha visto, estudiado, valorado y analizado el presidente Correa el drama del petróleo y su incidencia en el desarrollo económico y la creación de empleos en el Ecuador?(El petróleo no nos cuesta, el costo comienza en la extracción. Como fuente de energía el mundo está petrolizado, es mercancía mundial, y elemento fundamental para provocar guerras).Quizás el Presidente está pensando en aquella premisa que lo primero que tiene que hacer es asegurar su estabilidad. Pero no la habrá si la brecha entre ricos y pobres, no se achica cuando los campos que pueden producir están anémicos o secos, cuando los niños tienen que trabajar porque sus padres carecen de empleo, y tienen que dejar de educarse porque el costo de la educación está cada día menos a su alcance o se va convirtiendo en elitista.¿Qué se ha conseguido para el país con el viaje del Presidente y su comitiva? Cuidado con el ego presidencial, que impide gobernar con efectividad.

jueves, enero 18, 2007

Vigilia

El barómetro de la política señala que la actividad se calienta y que la temperatura no amainará en los próximos días.No se puede negar la relación directa que existe entre la situación política y el desarrollo y comportamiento de los negocios, o sea la generación de riqueza y la distribución de ella. Y esto es lo preocupante: el tiempo que las autoridades dedican a la macropolítica es tiempo escamoteado al proyecto económico de desarrollo del país.
Basta apreciar la relación que en los medios de comunicación existe entre las noticias políticas y las económicas; es como si estas últimas no tuviesen importancia, cuando lo crítico es poder (aunque sea en forma especulativa) hacer ejercicios acerca del futuro de la actividad.
Dada las tendencias que son ya evidentes por las ideologías, actividades y preferencias de la alta dirección del nuevo gobierno, se puede deducir que se iniciará un cambio que, como todo intento de transformación, traerá la resistencia de círculos de interés. Habrá batallas políticas, nuevos cambios en las mayorías, y designaciones. El escenario político es tan frágil al momento que fácilmente podría cambiar la tramoya. Ha declarado el coronel Gutiérrez que “si no actuamos a tiempo podría hasta desencadenarse una cruenta y fratricida guerra civil” (EL UNIVERSO, 2 de enero).
Esto no es tremendismo… Podría ser dramática realidad… Del enunciado se puede deducir la necesidad de que el sector privado se sacuda de la indiferencia y se mantenga alerta (alerta amarilla, sesión permanente).
No se trata solamente de los discursos vitriólicos y sulfurosos del presidente Correa, sino de que estos originan especulaciones que dan lugar a que la inversión privada se paralice y, por consecuencia, no haya el combustible necesario para mejorar la calidad de vida de los ecuatorianos, sus destrezas, la creación y mejoría del empleo. (Sería plausible que el Ministerio del Trabajo haga público el incremento de empleos desde cinco años atrás para poder comparar con la estimación del gobierno Correa).
El gobierno que feneció no logró crear riqueza; no pudo por lo tanto, distribuir lo que no existió (el ingreso petrolero no es riqueza creada en tanto que no sea factor multiplicador). ¿Acaso el gobierno, los gobiernos, han demostrado lo que han hecho en el aspecto social y del bienestar con el ingreso del petróleo, y ahora con su mayor precio, pisándonos los talones? La triste partida del gobierno saliente quizás lleva implícita esa egoísta marca: “después de mí, el diluvio”.
A pesar del tinte que parece tener el nuevo gobierno, no se ven características definidas de un izquierdismo genuino, sino más bien las de una fórmula que rompe los tímidos ribetes de democracia con que se ha venido gobernando el país. Hay que cuidar la institucionalidad. La esperanza no la debemos perder. El joven gobernante que aspira a cambiar el país debe ser el propio artífice de su futuro histórico. Quizás le quepa ser auténtico en la era de las copias.
Ante las promesas la vigilia se impone. Las pasiones políticas están sueltas.

jueves, enero 04, 2007

Qué abandonar

Fue el economista austriaco Schumpeter quien lanzó la teoría del abandono planificado (cuando se pueda conseguir algo mejor) con el fin de incrementar la productividad de los activos, evitar así la dependencia del dinero ajeno, y conseguir el mayor rendimiento del aporte propio (efectividad financiera).En la teoría del Estado fiscal -contraria al Estado-nodriza- el país debe subsistir con sus propios recursos, es decir, con la riqueza que pueda producir (imposible explicarlo en un corto comentario). La teoría del desarrollo económico, por el contrario, opina que el Estado puede sobrevivir con recursos prestados, empleados productivamente para absorber el desempleo e incrementar el consumo.El próximo nuevo gobierno que lo presidirá el economista Rafael Correa afronta la paradoja de tener que administrar un país económicamente deficitario al tiempo que sin pizca de fe en su dirigencia política.La esperanza consuetudinaria para poder manejar la economía ha sido siempre el préstamo internacional; el nuevo periodo no será una excepción si es que no se toman las medidas económicas y financieras para catapultar al país hacia una nueva etapa, luego de la recesionista que terminará al fenecer el l4 de enero del 2007.El nuevo Presidente tiene la obligación suprema de poner a este país en marcha, distante del apalancamiento de los ingresos petroleros. (Buen tiempo sería si se prepararan dos presupuestos: el uno el de rutina, y el otro con los recursos petroleros que sería inversión redituable y productiva que alimente los gastos corrientes).De otro canto el Presidente electo debiera ya tener formulado el inventario de las organizaciones, instituciones y actividades improductivas que haya que abandonar para que la administración sea eficaz y no cargue con el lastre pesado del costo que vuelve inoperante una administración. Urgente y exigente será la necesidad de reestructurar las organizaciones para contener el desangre presupuestario y la inutilidad de algunas de ellas creadas por interés de compromisos políticos. ¿Podrá resistir el nuevo gobierno el ataque frontal y prepararse para el caos social que podría ocurrir por muy conservadora que sea una sociedad y mucha tendencia de izquierda que exista?Paralelamente habrá que de inmediato crear leyes, disposiciones y reglamentaciones que estimulen la venida de capital extranjero, y del nacional que está en el exterior beneficiando el apalancamiento que no reditúa para el país y que en algunos casos tiene un costo en divisas.En la agenda del presidente Correa no podrá faltar el IESS, majestuosamente llamado Seguro Social, que es germen y paradigma de ineficacia y tortuguismo, (¿se ha visto alguna vez publicado un balance y una cuenta de resultados de este paquidermo?).Al final, sin que sea el menos importante no será muy sabio la fusión de dos ministerios en época de globalización. Encuentro hasta contrapuestos y, en momentos hasta conflictiva, la labor histórico-diplomática de un Ministerio de Relaciones Exteriores fusionado con el de Comercio Exterior.Abandonar lo que existe cuando se considere obsoleto exige, al mismo tiempo, no desmejorar la eficacia de la administración.