jueves, febrero 15, 2007

Comprendiendo el entorno

La situación general futura del país aún no se la puede definir. La propia elección del presidente Rafael Correa resultó sorpresiva por el personaje triunfador, prácticamente desconocido en el quehacer político. Cualquier día algún politólogo se ocupará de escribir la historia de cómo aparecer sorpresivamente en el mercado político y triunfar.El inesperado fenómeno político cuyo resultado es el economista Correa presidente, se lo podría catalogar como una asimetría. Es una ruptura de un largo proceso en la historia ecuatoriana, en que los mismos de siempre aparecían, desaparecían y volvían a aparecer. En la realidad lo que resulta preocupante es la ausencia de un plan que incorpore a la ciudadanía a revivir lo que va resultando ser un cuerpo en descomposición. El Presidente sabe que todo proyecto estratégico demanda el manejo de recursos en el tiempo y con resultados mensurables. Y en el caso de la administración pública, con sujeción a lo que expresamente manda la ley.La sociedad ecuatoriana es nómada, sin rumbo. Debe resultar terrible con olor a fracaso administrativo, que los ministros se reúnan y no sepan de qué tienen que dar cuentas. Un consejo de ministros equivale a la alta dirección de una empresa, en donde hay lugar solo para la estrategia y las grandes decisiones, porque para las de menos importancia está la delegación de responsabilidades. Un administrador eficiente se distingue por sus cualidades para seleccionar colaboradores. (Nada sustituye a una experiencia activa).En un mundo globalizado las cosas cambian drásticamente, por efecto de leyes o por guerras, la tecnología y el uso eficiente del tiempo, tienen características mundiales. En el Ecuador –y quizás en toda América Latina– hacer las cosas “mañana” es una característica racial, genética, idiosincrásica, y no logramos darnos cuenta de que lo que hagamos hoy nos deja tiempo para mañana. En el área privada el costo de tiempo improductivo es mensurable; no lo es en la administración pública, en donde mientras más pasa ineficiente, más se presta a la corrupción. La temporalidad es un negocio capitalista como socialista. El resultado político que se está viviendo no ha llegado por arte de magia, ni en línea recta. Los sociólogos pueden explicarlo y los politólogos sacar sus conclusiones y las consecuencias para el largo plazo.Y como la tendencia ideológica del actual Gobierno es socialista o socializante, tal como otros gobiernos del área, hay que permanecer vigilante sobre los cambios en el entorno provenientes de nuevas leyes que golpeen el beneficio empresarial producto de la inversión.Me pregunto, si así fuere el caso, ¿qué pasaría con las grandes inversiones en el petróleo y en otras industrias que convierten al Gobierno en gran inversionista, y cuyo déficit operativo hay que cubrirlo a través del presupuesto nacional?El entorno lo vemos, lo sentimos y en ocasiones hasta lo vivimos, pero no lo comprendemos. Sus señales a veces son tan sutiles que pasan inadvertidas. Sin embargo, ocurren en el medio en que nos toca vivir. Y lo que es para las personas también lo es para las empresas y las organizaciones, fundamentalmente para las del sector público que no disponen de la versatilidad necesaria y oportuna para al viraje.

jueves, febrero 08, 2007

Un programa retrasado

Hablaba con tanta desenvoltura y era tan locuaz el presidente Rafael Correa cuando candidato, que se creía que las tenía todas en el bolsillo. Pero... ¡ah!... las presiones del tiempo...Es una lástima lo que ocurrió con la Ministra de Defensa; al final sabremos que las dos hipótesis acerca del accidente son verdaderas: falla técnica y error humano. En la convergencia de ambos puntos termina la teoría. La historia de los accidentes aéreos no termina en una caja negra, siempre su contenido ha sido un cementerio.El doloroso trance del país es aparte. Después de todo el protocolo, lo más duro está por venir: el rescate y desarrollo del país. Ya no está entre nosotros "el dueño del país". Se habrá alejado, como buen estratega político, para dejar libre el estadio para los nuevos gladiadores.Pero ocurre después del 15 de enero, que hasta el momento los proyectos de que habló el presidente Correa durante su campaña están convirtiéndose en humo. La fogosidad de los momentos preelectorales se volverá obsoleta, ahora frente a la realidad. Los viejos adagios de los abuelos tienen vigencia: una cosa es con violín y otra es con guitarra.La gente, nuestra gente, mujeres y hombres, necesitan trabajar, demandan empleos. La sociedad de consumo de hoy afronta demanda y tiene otras necesidades de las de ayer. Así, el primer paquete de medidas debió ser el de estimular el desarrollo económico creando motivaciones para que la inversión económica abarque las áreas productivas del país. El entrevero político que ha armado el propio Presidente, es una fuerza antagónica.La perspectiva indica que será un año político; será periodo de incertidumbre y riesgo, pero será peor si nos rodeamos de ribetes venezolanos. Estamos luchando contra el dogal que se dice significa Estados Unidos, y olvidamos ese pregón del patriota Víctor Emilio Estrada: ¿fuertes o esclavos?¡Equidad! Palabra llena de injusticia social, porque lo que se demanda es desarrollo para que todos podamos trabajar, tener derecho al bienestar y la educación, y que nuestra gente no esté esperanzada al bono de la pobreza con que el Gobierno estigmatiza más a quienes son víctimas de la corrupción.Señor Presidente: se requiere prisa antes de que el volcán erupcione. Por la propia tendencia de los pueblos de América Latina que se van inclinando hacia la izquierda socialista, evite que sus proyectos caigan en la obsolescencia.No conocemos su plan de desarrollo. Todavía no sabemos hacia dónde vamos. El flamante Gobierno aún está a la deriva. Si sigue con palos de ciego, aparecerán los pescadores de río revuelto, y entonces, ¿qué...?Con la energía de un mandatario de talento podrá sacar adelante al Ecuador. La intemperancia convirtió a los mandatarios en un remolino de pasiones políticas. La historia está llena de ejemplos. Debe ser auténtico, porque las demandas del país son auténticas. No se las hemos copiado a nadie, y muchas son lacras que nos han dejado gobiernos pasados.Ponga al día su programa, señor Presidente, que ya está retrasado.

jueves, febrero 01, 2007

Cambios de estructura

Las estructuras en el mundo cambian por efecto de la velocidad de una serie de transformaciones, y porque el ser humano está pensando de manera diferente con respecto de la tradición. Estamos viviendo la época es que es diferente la manera de hacer las cosas.Esta actitud mental conduce a nuevas concepciones y procedimientos que transforman la mentalidad de individuos y organizaciones. No aceptar la innovación es resistirse al cambio que arrastra inexorablemente a la sociedad, creando una nueva civilización.No siempre el cambio es beneficioso; en ocasiones es dañino y perjudicial como las innovaciones que se hacen para la guerra, cuyo afán es diezmar al enemigo en menor tiempo, y conquistar así los objetivos deseados. Como objetivo positivo se destaca el progreso en la medicina para conseguir que el ser humano prolongue su etapa de vida, o evite el sufrimiento y el dolor; antes toda dolencia requería hacer cama, restando productividad al afectado; hoy el tratamiento ambulatorio es posible a causa de las innovaciones en los modelos de tratamiento y la medicación.Todos los días nos hablan del riesgo y la incertidumbre para el futuro del país. Nadie conoce lo que sucederá porque a nadie le ha sido concedido este poder; pero el ser humano, mediante su percepción y su intuición, está en capacidad de prevenir y prever muchos resultados.El presidente Rafael Correa puede tener la mejor intención de cambiar la estructura y la tradición de hacer política en el país. Mala suerte que no lo puede hacer, porque su temperamento no se lo permite, y así arrastra el peligro de caer, en cada momento, en alguna trampa que le tienda la oposición. Con un temperamento tan reactivo, siempre estará viendo fantasmas donde no los hay. Este país no es Venezuela, ni los tiempos son los de Bolívar y Alfaro. Los ecuatorianos hemos fabricado nuestra propia ecología social.Nuestro porvenir y desarrollo como país demanda una administración pacifista y si la paz no viene desde arriba es imposible que se genere desde abajo. En la pelea se puede hacer lo que se admite; por tanto, si la oposición política está procediendo como acusa el Presidente, tiene que atenerse a las consecuencias que las leyes, en justicia, dan a la autoridad. Nada de insultos, amenazas ni juicios de valor...Utilizar el tiempo de un gobierno para estimular la creación de toda una fuerza de oposición, genera actitudes equivalentes a golpes devueltos (factores desorientadores). Si hay conspiración, como dice el Presidente, reúna las pruebas y aplique la ley; porque no es posible que por meras sospechas se tenga que llegar a convulsionar el ambiente de confianza que demanda el derecho a trabajar para llenar las necesidades que tenemos para nuestra supervivencia y progreso.Un mandatario debe ser firme y enérgico, pero justo. No se deje, Presidente, influenciar por la maquinita de ciencia-ficción que se fabricó para hacerle cambiar el temperamento a un presidente cada vez que tenía que tomar una decisión importante que no favorecía a la oposición.Después de los años de incertidumbre vividos, bien se ha ganado el país el derecho a trabajar para su porvenir distante de inseguridad. De lo contrario, las estructuras tan afectadas por la entropía no cambiarán.