jueves, julio 19, 2007

El tiempo en la economía

En la guerra y en los negocios el tiempo tiene un valor inconmensurable en la generación de riqueza. Más unidades de producción en el mismo tiempo, es obvio, producen un ingreso superior. Igual ocurre con las decisiones, que tomadas a tiempo dan lugar a mejores procesos administrativos.

Reflexión que llega ante la desincronización de que es víctima el presidente Rafael Correa ante el desarrollo económico que demanda el país. El tiempo nos ha comido las herencias políticas de mandatarios anteriores que han dejado nefastos precedentes y un país enteramente politizado que hasta ha llegado a la convicción de que es mejor invertir para intervenir en política criolla en donde hay empleos y contratos, que luego no salen a la luz porque hay agnados y cognados en el mismo negocio.

El presidente Correa, sin temperamento de mandatario, puede estar lleno de buenas intenciones, pero hasta lo que aquí trasluce son los hechos y actitudes de una persona llena de pasiones que le impiden ver con claridad las necesidades más importantes que debió y debe solucionar su gobierno.

Ya comienza el país a sentir los resultados de la inmovilidad en el campo económico: la caída de la producción de petróleo, la carencia de gas y su mala distribución, y el alza en el precio del arroz, producto vital en las dietas alimenticias; todo lo cual sumado a la amenaza de tasas de interés que afectará al apalancamiento de la vida económica del país, más la espada de Damocles que constituye la amenaza de la desdolarización, son factores que traen la amenaza implícita de una inflación económica.

Entre videos y viajes no queda tiempo para pensar cómo sacar al país, que se encuentra retrasado con relación a otros países de menor desarrollo.

Aparte, nuestra relación con Estados Unidos está resquebrajada, y cuando llegue el momento se sentirá el efecto.

Quizás el Presidente está confiando en un círculo de asesores y consejeros demasiado inclinados hacia una administración de características de ceño fruncido; tampoco resucitará la opinión pública favorable por bailar en plazas públicas. De otro canto, sus lugartenientes tampoco contribuyen a mejorar la imagen presidencial, lo que parece que interesa es viajar de inmediato a reuniones y conferencias, en ocasiones creadas a propósito y quemar así algo del tiempo, que de otra manera debiera ser productivo. Si alguien considera exageración lo expresado, puede encontrar la información en el Registro Oficial.

He llegado a pensar –¡Dios me libre de que no sea así!– que al presidente Correa no le ha gustado el puesto, y podría ser esta la razón de su conducta siempre fuera de tono. Porque su gobierno hasta ahora no tiene un tinte que pudiera indicar una actitud política bien redondeada.

No hay molinos de viento. Cualquier Sancho que tenga cerca podrá decirle que lo que el país requiere es enderezar las realidades torcidas, los sistemas caducos y las instituciones envejecidas. Y para conseguir tales cambios hace falta capacidad de lucha, ánimo sereno para ser objetivo, y conocer las reglas de administración pública. Cuando estos atributos no están en el ánimo del mandatario, se cae en la intransigencia y el despotismo.

domingo, julio 15, 2007

Planificar

En administración pública y en la privada nada debería suceder si no está planificado debidamente. Hay preguntas básicas que hacerse para iniciar el proceso. ¿Dónde estamos actualmente, adónde queremos llegar y en qué tiempo? ¿Con qué recursos económicos, humanos, de mercado y conocimientos se cuenta para enfrentar la tarea? ¿Cuáles serán los principales riesgos?Muchas empresas emplean la extrapolación de su pasado para planificar, programar o presupuestar; no es buena práctica porque, entre otras razones, el mercado productor o consumidor no permanecerá rígido.Todos los elementos, activos, pasivos y potenciales deben participar en la planificación, y de que todos estos factores estén presentes en la planificación integral.Es importante que se establezca el grado de responsabilidad de cada sector en el cumplimiento y la persecución de costos y resultados. De otra parte si el presupuesto es anual, no es eficaz medida de control dividir el resultado total anual para doce meses del año y establecer las cifras mensuales. Salvo que se trate de un producto o empresa con producto de venta uniforme. La metodología que se aplica a la empresa en marcha y de trabajo continuo es similar, en gran parte a la que se emplea en presupuestos de proyectos, a excepción de ciertos adicionales propios de cada proyecto en particular, como ser los gastos de administración.El presupuesto o plan de acción de la empresa generalmente se refiere a las actividades de un año; pero tiene importancia controlar el comportamiento de las cifras actuales con relación al periodo anterior. Hay mucho que aprender con este método, cuyo significado está en corregir acciones mediante la autocrítica.Como parte del presupuesto se formula el cash flow o programa del efectivo: cuánto recurso en dinero producen las operaciones, en qué lo emplea, cuánto proviene/insume en operaciones no corrientes.El control de la programación de las operaciones es vital. No hay presupuesto –por lo menos es mi observación– que se cumpla con la precisión que se lo puede haber preparado, pues las circunstancias del entorno siempre son variables. En tales ocasiones no es aconsejable preparar otro presupuesto, sino modificar el actual con anotaciones al margen que indiquen causas y razones, para aprender y desaprender. Lo indicado no es para propiciar una actividad burocrática dentro de la empresa, sino para aprovechar el conocimiento cercano de la conducta interna y del mercado.La planificación es parte del control interno y del control corporativo de la empresa; cada día se hace más complejo en razón de la automatización de las operaciones en que los detalles están dentro de un ordenador al cual solo acceden quienes tienen la clave. Esto, por cierto, también tiene sus ventajas.El mensaje es que toda empresa debe planificar para conocer adónde quiere llegar, analizar las cifras y vigorizar el control de las operaciones que son delegadas. Cuando una empresa crece, es imposible no delegar.Hay tipos de operaciones cuyo control no se puede o no se debe delegar por tener determinadas características muy particulares, o que provienen de contactos muy personales. Así las cosas, el control se vuelve ad hoc.

jueves, julio 05, 2007

El futuro no se hará mañana

Las corrientes de regionalización y globalización van siendo cada vez más fuertes para el mundo comercial. El intercambio ya no es producto de olfato o casualidad, sino de la innovación, planificación y sistema; es decir, una disciplina de constante alerta a lo que sucede en el mercado en general y al producto en particular. Objetivo: descubrir oportunidades.Los mercados representan la preferencia y las necesidades del consumidor; pero también permite la creación y generación de nuevas necesidades. Los productos que intentan cubrir necesidades no satisfechas, son los que mayor éxito tienen. De otra parte, hay productos que han envejecido, que han sido sustituidos por otros con mayor ventaja, y otros que están en el mercado para mantener el orgullo gerencial. Es importante determinar para cada producto el grado de senilidad y cansancio en el mercado, y determinar su vida útil.Es de gran importancia realizar cada cierto tiempo una auditoría del producto/mercado analizando y relacionando los factores presentes en su economía, tales como la inversión en costos directos, administrativos más el subsidio que pudiera estar recibiendo de otras áreas; estos y otros factores comparados con el flujo de efectivo determinarán si el producto está contribuyendo realmente a los resultados de la empresa. En este punto la información financiera convencional no es suficiente; se necesita una clara y precisa contabilidad de costos.No se puede ser insensible a la época. Los mercados de oferta y demanda están cambiando, y exigen que los administradores (propietarios o gerentes) se preocupen del porqué y el cómo van cambiando. Por la información abundante que hoy se dispone a través de la informática y otros medios, más las relaciones con el entorno político se encontrará que la realidad de hoy es diferente a la de ayer y de lo que será en el futuro. Los mercados los hace el hombre, no son creaciones divinas; por lo tanto, es posible determinar tendencias, acciones y actitudes estratégicas para conocer qué es hoy la empresa y sus negocios y qué espera ser mañana.El país sigue navegando en la incertidumbre política. No hay tiempo para pensar siquiera en el desarrollo económico. Más importante para el gobernante es desgobernar y dar paso a viejos, aventurados y gastados procesos.Toda empresa de negocios hoy día no puede esperar que solo los acontecimientos internos guíen sus políticas administrativas; los hechos externos de hoy tienen gran importancia para la estrategia administrativa.Todavía no se conoce la verdadera orientación ideológica del gobierno Correa. Hay indicios de que no habrá economía de mercado, es decir que lo que habrá serán mercados controlados, y parecería que el primer paso que se quiere dar es controlar el mercado financiero.Para afrontar hoy el futuro de la empresa se impone una revisión integral de la estructura interna y externa de ella. No se trata de una auditoría en términos generales o convencionales, sino de un programa de revisión cualitativa orientado con el cual se pueda determinar lo que está haciendo, lo que debe dejar de hacer y qué es lo que hay que hacer.El futuro es hoy.