jueves, junio 26, 2008

Algo para principiar

Un nuevo mandato del presidente Rafael Correa crea subsidios y estímulos para la agricultura, entendemos que es en general, para todo el país, sin privilegios para determinadas zonas, acorde con las preferencias electorales ahora que toda estrategia política-económica trata de favorecer la votación por el Sí.Esta coyuntura tiene que aprovecharla la agricultura en general, pues bien sea por el interés político circunstancial o porque en realidad está dentro de la filosofía de gobierno, el país podría salir ganando al aprovechar los subsidios y subvenciones que el nuevo estatuto permite.Pero lo que de pronto ocurrirá es que de prolongarse indefinidamente las prerrogativas, podrían convertirse en monopolio, factor de especulación y privilegios, si es que no se establece el debido control.Es incuestionable que la economía ecuatoriana demanda la existencia de leyes en que se estimulen su desarrollo, y la agricultura es el rubro principal que exigirá un apalancamiento a tal objetivo, que además de ser un objetivo económico, es también meta de gran alcance y largo plazo para la vida, subsistencia y trabajo del pueblo ecuatoriano.De otro canto, nuestros mandatarios no parecen ser lo suficientemente intuitivos y perceptivos para darse cuenta del gran negocio que resultará para el país dedicar sus tierras incultas a la agricultura, y aprovechar así los adelantos de la biotecnología y los alimentos transgénicos. Dice Toffler: “Ahora ya sabemos que la modificación genética y otros métodos biotécnicos pueden aumentar el contenido nutritivo de una cosecha. Pueden reducir la necesidad de fertilizantes, sistemas de irrigación y pesticidas. Pueden ayudar a que las plantas crezcan en tierras áridas y en climas fríos. Pueden aumentar radicalmente la producción por hectárea. Y pueden rebajar los costos de la producción agrícola”.El mundo tiene hambre (mala consejera). La Ley de Maltus está presente, y los incrementos demográficos engrosados con los ídems, causan el desfase global que está produciendo la escasez alimentaria. Pensemos, además, en la anunciada precariedad del agua, solo nos quedaría el mar como recurso y reserva para la vida.No se trata de ser truculento, sino de visualizar en el largo plazo las nuevas circunstancias que podrían sobrevenir si continúa el aprovechamiento de los recursos finitos actuales, a los cuales tenemos acceso con la tecnología presente.Globalmente el petróleo es el que maneja la economía. Su precio internacional es vulnerable ante cualquier evento, siniestro o catástrofe de ciertas dimensiones que pueda afectar al negocio o a los subsistemas que se generan alrededor de dicho producto. Además, dado el gigantismo de inversión y riesgo económico y político, el producto negro está manejado por ejecutivos de gran categoría y empresas, con gran acceso a la vida política de los países involucrados.No sabemos por cuánto tiempo durará la bonanza del petróleo, luego de cuatro décadas de su explotación; pero lo que sí sabemos es que el día que se sequen los yacimientos el país tendrá que volver a la agricultura y a la ganadería de exportación.Desde ahora el Gobierno tiene que preparar la infraestructura necesaria para estimular la vida rural, disminuir el desempleo, reducir la contaminación que producen las ciudades saturadas por el transporte masivo.

jueves, junio 19, 2008

Administrando a la defensiva

El ambiente del país no es hoy el más adecuado para invertir o para ampliar el sistema empresarial. El futuro aún es incierto. La incertidumbre es riesgo porque no hay una definición precisa del rumbo que se quiere dar, desde el Gobierno, al sector privado. Parecería –es la percepción desde que se realizó el cambio de autoridad– que el proceso económico está en vía de ser controlado por el Estado. El presidente Rafael Correa tiene la obsesión que dicho sector –el privado– es el causante del desorden ecuatoriano, a través de grupos de presión que en todo gobierno existen y seguirán existiendo. (¿No los tendrá también a su alrededor el Presidente?).Infortunadamente Guayaquil ha sido escogida como la ciudad conejillo de indias para experimentar con medidas y decisiones variopintas, el socialismo siglo XXI. Estratégicamente esta ciudad tiene gran valor para iniciar una campaña contraria a lo que podía y debía ser un nuevo estilo de gobierno que apoyara el desarrollo citadino. Ahora se trata de destruir sus instituciones y valores para favorecer la nueva ideología.El panorama se va oscureciendo. Se están sustituyendo los principios de lo que podía ser una buena administración, y se está llegando al caos. No se trata de “la destrucción creativa”; es un camino sin alternativas, que hay que seguir por el sendero en la forma en que lo hace, pero que la aprueba el Mandatario. Llego a creer que tras de él existe alguna eminencia gris que fabrica las acciones y proyecciones para que actúe en la temática y el modo a contrapelo en que lo hace, y en que aparece como un dictador sin la necesaria sabiduría administrativa, cual correspondería a un triunfador de la contienda democrática.Lo que hace el Presidente en mucho son acciones que el Ecuador entero ha venido pidiendo a sus mandatarios. Por lo tanto no se ha inventado la rueda. Lo malo del cambio está en el estilo utilizado para el caso, que es justamente lo que está generando una resistencia muy peligrosa, cuyo futuro no se logra intuir. No está creando el futuro que el país esperaba.Infortunadamente el temperamento con que se ha armado el escenario no es el más conciliador, lo cual lo vuelve negativo ante los problemas de política doméstica.Si para el desarrollo económico del país se pusiera tanto énfasis como la energía que se viene gastando en el afán político, en el tiempo transcurrido el PIB habría mejorado. Las estadísticas al momento pueden decir que la economía del país se va deteriorando, o está deteriorada. Los factores exógenos se han agregado al desequilibrio económico interno que ya existe, que sin visos de detenerlo más vale se percibe que lo agrava la indiferencia oficial.El corolario de este comentario sería: sugerir a la inversión privada administrar a la defensiva, escrutar día a día el entorno y tomar las decisiones mejor informadas para capear el temporal. Más allá de la inteligencia, que se imponga la sabiduría administrativa. No es posible adivinar el futuro pero es posible crearlo mediante un plan estratégico con metas y objetivos definidos y desarrollar, además, un par de alternativas por si las condiciones mejoran o empeoran.