jueves, enero 28, 2010

El arte de lo posible

Luego de tres años de poder, el Presidente no ha logrado eliminar la influencia de las argollas políticas y económicas que se adhieren a todo mandatario, como las ostras lo hacen al mangle o al casco de la nave.

El propio presidente Correa ha denunciado la existencia de estos entes que han estremecido a su gobierno y que, indudablemente, también a las raíces. Los escándalos suscitados han deteriorado la credibilidad –poca o mucha– que tenga el Presidente en los actuales momentos.

Tres factores importantes inciden y coinciden en lo dicho: el cambio de las bases de la FAE, Yasuní y todo el episodio alrededor de este elemento que quiere el dominio del petróleo subterráneo.

Todo se le presentaba color de rosa al Presidente, pero la verdad no era lo revelado sino posiblemente la media verdad, mientras la otra parte era juego político que servía para socavar el poder.

El Presidente todavía no asimila todos los riesgos que se están presentando, cuando están de por medio las caricaturas, guardando las distancias, de Rasputín o Richelieu.

Si la política es el “arte de lo posible”, entonces todo cabe dentro de su práctica; para hacer frente a los escándalos políticos que posiblemente se le armen. El efecto del Talón de Aquiles se lo conoce en demasía.

De otra parte, el presidente Correa tiene crisis de gente por lo cual se ve obligado a rotar los cargos políticos importantes entre unas pocas personas de su confianza. (Ya sabemos que en el quehacer político la “confianza” puede tomar otros nombres).

Ecuador sigue empantanado en la incertidumbre, y es que no hay equipo gubernamental. El Presidente se habrá dado cuenta de que sin este elemento no podrá gobernar, porque muchos son aprendices de política y no han logrado desarrollar las percepciones que para ello se requiere. La teoría política es una cuando solo es ella, pero es muy diferente cuando ya hay relación de grupo.

La tecnología y toda esa parafernalia de que se pueda servir para gobernar, no tienen la importancia de las inteligentes decisiones del recurso humano también inteligentemente seleccionado. En la práctica de la política no se debe subestimar eltalento del individuo por mucha inteligencia que demuestre.

Desde luego, no es fácil encontrar autoridades con estas características exigentes; pero hay que hacer el esfuerzo de usar todas las técnicas para conseguir los buenos colaboradores. No es buena práctica cambiar colaboradores y creer que “todo palo es bueno para cuchara”. Es difícil hallar generalistas.

Por los constantes cambios, principalmente en el Gabinete se observa la discontinuidad. Pronto los elegidos se dan cuenta de que la ropa queda grande o que no son fáciles las oportunidades que intuyeron.

Se siente que el país aún está huérfano de orden y organización, y es porque las ambiciones están saliendo a flote. Y cuando hay desorden, un principio de administración hay que analizarlo ampliamente antes de cambiar el modelo, so pena de caer en mayor desorden.

miércoles, enero 06, 2010

El incierto porvenir

Por más que se quiera encubrir la realidad que estamos viviendo en Ecuador, hay que reconocer que no es el cambio hacia un sistema político claramente definido y definible. La carencia absoluta de líderes en quienes la gente esté poseída, que tienen como ideal servir al pueblo que los elige, y que luego resultan en una argolla explotadora de los recursos del país sigue siendo un signo.

Ecuador viene desde hace rato, buscando cambio y desarrollo. Ve cómo a sus costados esto ocurre, aunque también tiene cerca de sus fronteras el antidesarrollo. Para justificar la revolución que nos advierten que existe, se crea un total desorden en todos los órdenes, se yergue atacando a los medios, y van creando los organismos que se adecuan al nuevo paradigma.

Pueden cambiarse sistemas, métodos, modelos y estos son movidos y removidos hasta dar con una masa diferente; pero es distinto el tratamiento político de quien aspire a ser un líder, conductor de un pueblo.

El líder administra, dirige y estimula hacia el objetivo de su gobierno, pues envuelto en una mística de su misión, va limpiando el camino que debe seguir su pueblo, para cumplir sus metas.

En Ecuador perdimos el rumbo de nuestro destino, largo tiempo atrás. El Gobierno actual llegó dizque a limpiar la casa, firmando contratos a troche y moche, mientras el país retrocede por falta de agua y energía, más todas las fallas administrativas que estamos viendo y sufriendo a diario, y que los medios no pueden dar las noticias porque el rasero de la censura no lo permite, so pena de incurrir en lo que ya ha sucedido con algunos medios.

El ambiente no es lo favorable que se espera para hacer un buen gobierno. El Mandatario aduce que existe conspiración para desestabilizarlo. Difícil creer; pero lo que sí puede ser cierto es que se va aumentando cada día el deseo del cambio prometido, antes de que sea demasiado tarde.

Para ver reflejada la revolución en marcha, la gente primero necesita sentir los beneficios en su vida diaria, en los precios de los alimentos para sus hijos, y el trabajo que es lo que más dignifica al ser humano y le sirve para proteger su futuro.

Pero las tendencias indican que las cosas no serán de acuerdo con el discurso oficial y la copia xérox de las tendencias. Hay distancia.

Nadie se atreve a pronosticar el final ecuatoriano. Pronto empezarán los jerarcas a pelearse el botín: todos querrán nuestro petróleo y la ilimitada feracidad de su tierra.

Lo que hasta aquí está escrito, es pequeña parte que sirva una vez más para recordar al Presidente que llega un día en que las masas son incontrolables, y esta actitud sería muy difícil de manejarla. La sana rebelión hay que cortarla a tiempo, tiene el poder en sus manos.