jueves, abril 22, 2010

Estabilidad y liquidez

No viene siendo una sorpresa la disonancia de las cifras que muestra el Banco Central, lo que hace que surja la desconfianza entre los inversionistas extranjeros y los empresarios locales, que tienen que considerar, necesariamente, estas estadísticas para el desarrollo de su trabajo o de su inversión.

Las estadísticas del Banco Central tienen que ser lo más precisas y objetivas posible, pero desafortunadamente ahora se prueba que es todo lo contrario y que los balances del Banco Central registran problemas.

Todo lleva a predecir que, a pesar de lo que asegura el Banco Central, según los expertos, entran en controversia al discutir sobre la estabilidad y niegan la iliquidez, todo lo cual viene en detrimento de la confianza para el país.

Siempre nos preocupó el manejo de la política monetaria, particularmente desde que se inició la dolarización, pues parecía que había desaparecido el manejo monetario, al no haber paridad de la moneda.

La noticia del martes 20 de abril del 2010, página 4 de Diario EL UNIVERSO, pone a temblar el desarrollo económico y financiero del país, puesto que el flujo de dinero y capitales estará sujeto a los criterios políticos que demande la situación.

Si el sistema monetario del país no está de acuerdo con la economía mundial y se divorcia de ella, se puede producir una catástrofe económica de la cual será muy difícil e imposible salir.

El Ecuador es un país con una economía débil sustentada en un recurso natural, como es el petróleo, que cualquier día podría desaparecer.

Hay que repetir que el Ecuador es un país pequeño sin mayores recursos explotados, no obstante, que lo tenemos en muchos casos en demasía. El petróleo causó un desequilibrio en la vida económica del país, los capitales extranjeros y nacionales fueron puestos de lado frente a este nuevo caudal.

Y aunque se dice que el poder está en la Constitución es dudoso pensarlo cuando se ha cambiado tanto en nombre de una revolución, cuyos resultados son negativos. En todo caso, preguntémoselo al consumidor que hoy tiene que pagar precios inflados por el costo que tiene esta revolución.

La crisis no ha terminado y tenemos que esperar la peor parte que es el incremento de los precios en general, que solo se la podrá afrontar con decisiones extraordinarias.

No se trata este de un artículo pesimista o negativo, sino de poner en alerta a la contribución que todos podríamos hacer para evitar este desbalance.

Estamos en el concierto mundial de la economía globalizada y no podemos, so pena de caer en un conflicto mayor, sino utilizar inteligencia y sabiduría en la conducción de nuestros valores económicos.

El empresario que ha estudiado macroeconomía se dará cuenta de que lo expresado no tiene por finalidad asustarlo, sino prever las circunstancias en que el Gobierno está fallando para el desarrollo económico.

jueves, abril 15, 2010

El buen vivir

El BCE (véase EL UNIVERSO, 5 de abril del 2010) nos da la noticia de que en diez años o sea desde que se dolarizó la economía del país, el PIB ha crecido apenas 0,36%, lo cual frente a los resultados de otros países cercanos de aquellos con los cuales realizamos nuestro comercio exterior, está en condiciones débiles para el negocio internacional. Esta falta es una de las tantas que se afectarían con el pobre crecimiento-antidesarrollo.

Pero la triste historia es que no habiendo crecimiento interno, el crecimiento externo no puede crecer, y no hay mayor espacio para negociar, puesto que el PIB sin crecimiento siempre está en el extremo débil de la cuerda. En diez años de dolarización, se suponía le darían al Ecuador la facilidad de un crecimiento sostenido. La economía del país, con el manejo inteligente de la revolución que es de todos y el petróleo para unos pocos, se aspiraba a que, poco a poco, sus benéficos resultados se extenderían. Entonces se hablaba de “el buen vivir” de los ecuatorianos, bajo el eslogan: Socialismo siglo XXI.

Está claro que se está cumpliendo con los enunciados a lo largo de la tesis; que poco a poco se van estatizando las actividades de todo orden. Pero el meollo del problema parece no estar en proclamar una revolución, y que lo que se necesita es una evolución sistemática, persistente y políticamente honrada a carta cabal. El gobierno no lo ha concebido y más vale estamos entrando a la economía de escasez. En este tipo de economías el Estado tiene dinero para derrochar mientras, las mayorías tienen que luchar para subsistir con inflación.

La escalada de precios viene sucediéndose desde hace ratos, lo cual lleva a que el consumidor último no se beneficie de la economía relativamente bien dirigida y un mercado bien controlado; con suficiente capital para dar trabajo a la mayoría que no lo tiene.

No hay que ignorar que la economía tiene tendencias bien marcadas hacia la globalización, y que sus ribetes los conocen los jóvenes economistas, principalmente los del gobierno; y que desde ahora todos los que tienen el poder en sus manos tienen la responsabilidad de pensar en términos globales.

Ecuador tiene un gobierno adolescente, pero sin que sintamos los beneficios de estar en control de casi todas las actividades y sobre todo de su economía, que es de lo que más falta en el país. Ahora mismo el Presidente viajó a Illinois en donde recibía un honor como estudiante destacado. Pero el Ecuador está estancado y, me atrevo a sugerir, que igual seguiremos mientras vayamos atados a la cola de Venezuela.

Se necesita a toda prisa que el Ecuador atraiga capital extranjero y recupere la confianza del capital. Repetido mil veces, se dice que no faltan las oportunidades de inversión en el país, pero si continuamos con las medidas hasta ahora tomadas que tienen en susto a la inversión privada, pronto tendremos una seria inflación.

Luego de tres años de tantas promesas no sabemos lo que es buen vivir.

jueves, abril 08, 2010

Cambio en equipo asesor

El Presidente, con pocas pulgas que tiene y su afán de no pensar en positivo sino de actuar cuando se le sube la sangre, está poco a poco enredándose en sus propias leyes que, más temprano que tarde, servirán para su propio final. No es esta una sentencia sino una apreciación virtual de lo que ocurre cuando un administrador crea su propio enredo creyendo que los demás caerán en la telaraña.

El cambio anunciado en el equipo de ministros, que son sus asesores más directos, está esperando con paciencia franciscana que la trompeta anuncie el término de la función que han venido ejerciendo, con quién sabe qué promesas.

Reemplazar con frecuencia el equipo de gobierno puede tener varios significados que van desde el aspecto político personal. Prescindir de un colaborador para atraer otro significa una nueva aventura.

Dentro del nuevo equipo esperamos que haya miembros con suficiente carácter y temperamento para lograr equilibrar las fuerzas negativas que influencian, principalmente desde dentro del gobierno mismo.

De otro canto, también debemos aceptar que sirviendo casi todas las nuevas autoridades ídem del presidente Correa, son los mismos componentes de este nuevo batido. Y sobre todo que lo hagan reflexionar acerca de la injustificada sentencia contra la situación del caso de Emilio Palacio. Los rendimientos de este caso son negativos, y en cualquier situación resulta ser producto del estilo catalogado por el Presidente.

Desde que asumió su cargo el economista Correa ha dedicado su tiempo a planificar y desbaratar lo que construyeron los anteriores gobiernos. Para mala suerte, aun habiendo creado sus instituciones sometidas, no lo ha conseguido, no obstante el temor que siempre conlleva y las frases sucias del lenguaje presidencial.

La corrupción de las autoridades, ahora es difícil saberlo, sigue entronizada entre contratos, mientras la situación económica se sigue deteriorando. Van tres años del mismo gobierno y el pueblo no siente los resultados prácticos. La inflación de precios sigue su marcha. La leche marca un nuevo punto inflacionario y devaluatorio de la moneda.

En la operación política no se puede comprender cómo se licúan otra vez las mismas naranjas que en la primera operación ya debieron rendir lo máximo. Eso de la necesidad de oxígeno es un cuento, porque la falta de este elemento no le adiciona a quien se lo aplica, más las habilidades que ya exhibió a su tiempo.

El arte de gobernar, aunque es un arte, demanda mayor destreza para la selección de la gente que colabora en los destinos de una empresa, el gobierno o una misión. De ahí que se me hace difícil entender cómo pueden dar buen resultado aquellos elementos que no supieron o no pudieron hacerlo.

Ojalá que con este cambio el Presidente logre la cordura que el país demanda, estamos viendo que la economía no mejora y que el PIB se deteriora con la consecuencia de que los demás factores se afectan en la misma forma.