jueves, octubre 25, 2007

La banca y el cambio

¿Cuál va a ser el costo del dinero para los créditos bancarios? El mercado financiero aún está en la cuerda floja, en razón de que el Gobierno actual ha hecho patético su casi nula simpatía por el sector financiero. La tasa de interés (que para Keynes es el precio que hay que pagar a quien sacrifica liquidez) considera que el dinero es una mercancía sujeta a oferta/demanda y a las leyes del mercado. Sin embargo, tratándose de dinero/crédito no es tan libre el mercado; pues es una mercancía –moneda oficial– que controlan los gobiernos, únicos autorizados para emitirla, que tienen la obligación de dirigir y controlar su uso y darle un precio transaccional.La tasa de interés es el precio. Los bancos que son los principales guardadores del dinero en circulación, inclusive del que es propiedad del Gobierno, tienen como función principal hacer que fluya mediante préstamos productivos al público, a la tasa de interés fijada oficialmente. (Más arriba de esa tasa se considera usura penada por la ley. Sin embargo, la usura funciona).Los mercados tienen necesidad de dinero. Los negocios tienen necesidad de financiar sus operaciones diarias y también su crecimiento. Por tanto, todos deberíamos ser beneficiarios de la ética y sabiduría con que se manejan las instituciones. El hecho de que en el mundo se hayan producido grandes fraudes bancarios, no merma en absoluto la función que estos deben cumplir –con el dinero ajeno, por cierto– al desarrollo de la actividad comercial mundial.Las tasas de interés sirven no solo para crear y mantener bancos, que son los intermediarios y vendedores de la especie; sino que además son el elemento que atrae los capitales al país. Si se niega al capitalista lo que es la retribución por su liquidez y el riesgo, el dinero busca otros países u oportunidades de inversión. El dinero no tiene fronteras.El capital nos es destructor per se, como afirman algunos. La inflación es la peor enfermedad que tiene la moneda: la causan los gobiernos cuando confunden capital con dinero y con gastos. El Banco Central que es el custodio sufre presiones políticas, y se sale de madre. Es una fórmula para empobrecer a la población en beneficio del gobierno de turno.Talento, sabiduría y visión se demanda del gobierno de Correa para estimular la inversión privada y los negocios por venir. No hay que pasar por alto que en razón de la época que está viviendo el mundo, muchas empresas tendrán que cambiar de la manufactura a la de servicios, que influenciadas por la globalización demandarán nuevas inversiones. Más que nunca el capital, la inversión y el crédito tendrán que ser dirigidos hacia las áreas productivas y competitivas.Capital que busca inversión y réditos lo hay en el mundo. Pero se aloja en países y empresas donde hay riesgo relativo y genera rentabilidad. Hay que propiciar estos factores en el Ecuador. Y así como la supervivencia de los negocios de hoy dependen de la innovación, igual debe ocurrir en la dirección del Gobierno.Recordemos la cita de Edmond Kelly: “Por más de una década ha sido obvio que vivimos una época de cambios, pero ahora también parece que estamos viviendo un cambio de época”.

jueves, octubre 18, 2007

¿Evolución o revolución?

A todos nos sorprendió el porte caballeroso del Presidente frente al Alcalde de Guayaquil. Luego de las batallas verbales a que el primero quería llevar al segundo. Bien para el país, y para el futuro de la administración pública. Al beneficio ya se han sumado, con mucho papel y tinta, los analistas políticos de los medios.Sin embargo de este acontecimiento, siguen las tensiones políticas y la incertidumbre, con alto costo económico, por lo que se debe hacer y se deja de hacer en el campo de la economía para redistribuir el ingreso del país, a fin de propulsar el desarrollo. El presidente Rafael Correa durante su campaña para la presidencia presentó ofertas para solucionar una serie de problemas que indicaban que tiene conciencia de las cuestiones vitales que se necesita resolver, y que solo un gobierno dotado de liderazgo suficiente y de energía política podría enfilar la acción a la solución.Largo es el inventario de promesas que se hizo. Pero ocurre que atraído por el canto de sirenas, enfila por el derrotero de la pura política y olvida el corto plazo, que es donde está la respuesta a muchas de sus promesas. Desde luego, el país tiene demandas a corto y largo plazo. En administración pública no existe –por lo menos no debe existir– el mediano plazo, que casi siempre oculta incapacidad para cumplir.Es muy difícil para el Presidente planificar su tiempo. Las presiones y las tensiones, las demandas y lo inesperado tienden a trastornar su plan; pero necesariamente tiene que hacerlo. Siempre es bueno saber por anticipado lo que se tiene que hacer, y la misma oposición, y hasta los cronófagos, se verán obligados a cambiar sus planes.Las tensiones bajan de grado cuando se es capaz de delegar hasta el grado en que no peligre la autoridad. El contorno debe quedar bien definido para el delegado. Es síntoma de escaso liderazgo querer absorber todas las exigencias.Existen problemas cruciales en salud, educación y creación y distribución del ingreso. La economía está capturada, y sujeta al ingreso del dólar del petróleo o de la emisión de bonos para financiar el presupuesto nacional. Mientras tanto, no hay medidas que impulsen la inversión en los negocios, y más vale se crean tensiones e incertidumbre en el sector financiero jugando a las tasas de interés. Medida, esta última, típicamente intervencionista, propia de economías cerradas.El Presidente está obsesionado con la idea de destruir los grupos de presión tradicionales (¿?); lo cual no podrá conseguirlo nunca, porque estos brotan por generación espontánea, alrededor de todo gobierno, aquí, en Estados Unidos, Japón, China, Chile, etcétera. ¿Acaso no estarán formados o en proceso de formación en el actual mandato?Nada se está haciendo para crear riqueza, es lo preocupante. Ya se destruyeron de la competición política tirios y troyanos. No hay líderes de oposición y no se divisa a nadie que estuviese en hibernación. Porque ante un naufragio se agarra la primera viga que aparece. Esto sucedió en las elecciones recientes: el cambio que se está operando no es por revolución, sino por evolución.

jueves, octubre 11, 2007

¿Adónde llegaremos?

Ya podemos ponernos a pensar en una nueva estrategia para las empresas de negocios. La votación de los ecuatorianos en el referendo fue ampliamente favorable a las nuevas posiciones lideradas por el Presidente de la República. Desde el inicio de la campaña electoral el Presidente comandó el episodio republicano, y como es de simple lógica política, la mayoría de estas fuerzas, y la burocracia con toda su zona de influencia, se arrimaron a la candidatura. Se daba por descontado el éxito.Parecería que la estrategia seguida por el ahora presidente desde que apareció como candidato, no ha sido cosa improvisada; al contrario, bien planificada, con objetivos precisos, con análisis bien estrujados, y conocimiento del contexto. La sorpresa fue el triunfo sobre lo tradicional.Ahora el país mira al futuro. Tantas promesas preelectorales tienen un plazo para ser cumplidas. Ahora el Presidente estará pensando en el corto plazo que es lo del día a día, y las medidas de impacto inmediato para efecto en el largo plazo, porque tiene que acallar a sus opositores. Y dentro de la selección de sus decisiones deberá tener sabiduría para distinguir entre lo fundamental y lo superfluo. Ahora mismo, como era de esperar, la inflación comienza a dispararse, y será difícil detenerla toda vez que la incertidumbre y el riesgo aún reinantes, no proporcionan el ambiente adecuado para aumentar la inversión, la producción, y el consiguiente empleo.Sabio es lo escrito por el conocido futurólogo empresarial John Naisbitt, cuando dice: “...porque los países no crean las economías. Son los empresarios y las compañías los que crean y revitalizan las economías. El papel desempeñado por los gobiernos debe ser el de crear un ambiente propicio para que prosperen los empresarios y las compañías, y no convertirse en un obstáculo para el desarrollo económico. (La mayor parte de los gobiernos creen que su función es la de establecer reglas y regulaciones...”).El mundo ha comenzado a vivir en una economía global en donde proliferarán los tratados, los acuerdos y las preferencias. Cada país quiere conseguir su propio desarrollo para interconectarse. En las épocas de la información y las comunicaciones va desapareciendo la exclusividad y las fronteras, y surge otra manera de mirar las cosas. ¡Cuidado que el presidente Correa esté mirando su mandato con la misma visión que sus criticados antecesores!Todavía no sabe el Ecuador –a pesar del segundo triunfo– adónde se quiere llegar. Se trata de definirlo por lo que no es: neoliberal, cuando es conocido que hemos venido marchando sin ideología alguna. Y si es socialista siglo XXI, se irá por una ideología intervencionista que tendrá cambios en la forma y no en el fondo del socialismo. Sin embargo, ahora se ensalza a Eloy Alfaro, un estadista de ideas profundamente liberales, que lo demostró hasta la inmolación.Luego del triunfo con la Torre de Babel que será la Asamblea, en la cual se hablará todos los idiomas, el Presidente esperará contar con que le aflojen la camisa de fuerza que, dice, es la Constitución actual. Se espera que soltadas las amarras puedan “cumplir” lo que hasta ahora no lo ha hecho, con tal de que se mantenga la real democracia, y no lleve al país por la autarquía y el chavismo. Para llegar no necesita el país darle color a sus objetivos.