miércoles, marzo 19, 2008

Capacidad adquisitiva

Los precios, en general, han venido subiendo in illo témpore, aunque las protestas resultaban débiles; en mucho afectaban a artículos no de primordial necesidad, y por eso el rumor era como la voz que grita en el desierto.Ahora el problema es más serio; se trata de los precios primarios de la harina y el arroz, productos que el habitante ecuatoriano debe consumir necesariamente.Habiendo sido productores del trigo para la fabricación de harinas y sembradores-productores de arroz, el país afronta la disyuntiva de tener que importarlos –sinónimo de controlar el mercado– y adquirirlos al precio que fije el Estado.De otra parte, el precio de venta, en tal circunstancia, podría estar sujeto al subsidio oficial para bajar o mantener un determinado precio público a costa de fondos del Estado (se podría decir, del alto precio del petróleo). No es tema para este comentario analizar las causas de origen político que inciden en la circunstancia.Aunque el asunto hasta aquí tratado pertenece al área de las decisiones superiores del Gobierno, hay también la prolongación que se produce por el mecanismo de los precios, que tiene efecto en el sistema monetario.Cuando el gobierno de Mahuad decidió –sin referéndum– dolarizar la economía, entre otras lindezas se dijo que así se evitarían las devaluaciones del sucre y se tendría estabilidad para poder trabajar el presente y proyectarse al futuro. A regañadientes el país aceptó. Pero se está comprobando la falacia del enunciado, pues la moneda –en el caso, el dólar–, sufre los embates de la pérdida de su capacidad adquisitiva y la desvalorización por efecto del mecanismo de precios con que se puede manipular el mercado. En todo caso, el dólar se está desvalorizando localmente vía mecanismo de precios. Cada día se va necesitando más dólares para atender los precios de los artículos más necesarios, mientras los menos necesarios están de oferta por falta de circulante. El consumidor tiene que atender primero a la subsistencia. El costo de reemplazo será mayor, demandará más capital de trabajo y cuando se haga crítico el problema se volverá social, con otras consecuencias.Hay que evitar la intervención de otros sujetos económicos en los precios de artículos estratégicos. En un proceso económico, el costo está en relación directa con los pasos que se dan para obtener el producto; es la esencia, el fundamento para la innovación y la reingeniería. La línea recta sigue siendo el camino más corto, lo que ocurre es que al ser humano le gustan las complejidades y es por tal motivo que mucho del éxito de los innovadores está en que logran percibir los nudos que tiene una organización y desatarlos, encontrando soluciones más simples y económicas.Hay organizaciones –y el mejor ejemplo son las gubernamentales–, en que para mejor control se crean una serie de pasos innecesarios, que si se definiera su costo, bien se podría tener una cuenta que se denomine “costo de la ineficiencia”.En nuestra economía dolarizada, carente de control sistemático en los costos, es bastante problemático regular la capacidad adquisitiva, aunque el hecho cierto es que cada vez que aumentan los precios, el dólar pierde valor (desvalorización), y sufre la capacidad del consumidor, que se va haciendo cada vez más selectiva.La economía se está enfriando; hay contracción.

jueves, marzo 13, 2008

Trilogía

Después de todo, no se nos ha dicho a los ecuatorianos a santo de qué había un campamento guerrillero colombiano en territorio ecuatoriano, justo en sus fronteras con Colombia, que es la casa matriz de las FARC. (Se podría especular acerca de cómo funciona un campamento, sus objetivos, su avituallamiento; todo ello en relación a sus metas en el tiempo).Como “en la duda está el saber”, dice una antigua canción, nos permitimos considerar que un campamento terrorista en territorio ecuatoriano no tenía por finalidad introducirnos más en la fe de Jesucristo, sino más bien incrementar y potenciar en el Ecuador las actividades de la guerrilla, que es una unidad revolucionaria colombiana. Pero este es un tema diferente al tema político ecuatoriano, particularmente cuando hay múltiples preguntas sin respuestas.Por efecto del contexto actual, el presidente ecuatoriano Rafael Correa está encerrado dentro de un triángulo explosivo: 1) la Constituyente, sometida a las políticas presidenciales para intervenir en todos los poderes; 2) Venezuela, que intenta sacar todo el provecho posible para su causa y probar su apoyo, de apariencia incondicional, a su protegido ecuatoriano; y 3) se completa la figura con todo el cisma en nuestro país, de las inundaciones que demandan ingentes recursos económicos, sabiduría y honradez para manejarlos, cuando solo hay escaramuzas. El desarrollo económico, como tal, está paralizado, está en expectativa de lo por venir.Nadie podrá negar la vitalidad y la capacidad de ubicuidad del Presidente; pero también es cierto que como él no es personaje extraordinario, por inteligente que sea, su criterio y decisiones llevan dosis de sus colaboradores, muchos de ellos sin la necesaria experiencia en administración política.La realidad política en la administración del país es que hay un embrollo político cuya solución afirmativa, para hoy y para el futuro, no se la puede intuir. Lo que sí sabemos es que la guerrilla dejó de convertirse en susto o en noticia de periódico, para ser realidad, y que la célula que apareció en el país se la desbarató a un alto costo de vidas. Pero las células guerrilleras son como los ciempiés: muere un segmento pero los demás siguen vivos.La lección en el aspecto de la política internacional servirá para incluir un nuevo capítulo para el reciclaje de cancilleres y del servicio de inteligencia. La guerrilla es informal, viste traje de fatiga y, en vez de clubes repletos de normas protocolarias, se acostumbran a la selva y a la vía dura y de sorpresas.Por suerte terminó el episodio en aparentes buenos términos, pero surgió una nueva lección en la cultura diplomática: en un foro público se pueden extralimitar los términos del debate y llegar a la grosería y el insulto personal, para luego bajar del podio y extender la mano amistosa a su contrincante.Lo que el Ecuador demanda ahora es que el Presidente regrese a trabajar en la reconstrucción del daño por inundaciones. Que, con la entereza y energía con que trató el tema crítico en Santo Domingo, lo haga en la creación de leyes, estímulos y facilidades, para que las zonas y la gente afectada se incorporen como elementos activos en la producción.

jueves, marzo 06, 2008

Depresión

Hay que vigilar muy de cerca el desarrollo y las políticas macroeconómicas del país, ya sea que nos adentremos en una selva, en la que fácilmente podemos perdernos buscando la salida más aproximada.En un par de mis someros análisis anteriores traslucían una cierta advertencia de peligro de crisis, que por estar enfrascados en el dirigismo político se ha diferido tanto tiempo la atención económica. Resulta que hoy por efecto del Tungurahua y las inundaciones provocadas por las incesantes lluvias, el Gobierno busca reducir el efecto económico de estos procesos de la Naturaleza. Y ocurre que el presidente Rafael Correa percibe que hay tres áreas que legislar rápidamente: el arroz, el trigo (que es la harina) y la harina de trigo que vendría de Argentina.Pero, paralelamente, anunció que se creará la Superintendencia de Desarrollo (solución de problemas utilizando burocracia); la cual, pasada la emergencia, seguirá existiendo, por si acaso una nueva emergencia apareciera y porque así es la cultura gubernamental en el país.Lo que preocupa no es solamente el arroz, la harina y el trigo, sino conocer el cómo se proyecta para rehabilitar las devastaciones de todo tipo que han ocurrido en esta época que tienen efecto futuro. Y ahora el problema caliente internacional con Colombia.El ovillo político que tiene que desmadejar el presidente Correa está lleno de arrecifes autocreados con afán de que nazca un nuevo país al estilo socialista, tal vez al estilo de Cuba o, más cercano en el tiempo, a Venezuela. El tiempo va negando estas posibilidades. El camino debe ser otro.Ecuador está pasando por crisis de gobernar, aunque el Gobierno cada vez toma más fuerza respaldado con leyes ad-hoc, a sus propósitos. Ojalá que más temprano que tarde el Presidente pueda darse cuenta de esta realidad visible.Verdad de a folio es que el país afronta una multicrisis. A pesar del ingreso por venta de petróleo, recurso sujeto de contratos, anulaciones, demandas y derrames, siempre existe un inveterado déficit de caja.Es axiomático que toda crisis trae factores multiplicadores, que en un caso son positivos y oportunidades, y en el negativo destrucción subsidiaria, desempleo, hambruna. Se tambalea la oferta/demanda, hasta el extremo de generar una recesión, con consecuencias generales difíciles de prever.El mismo Presidente “anticipa meses difíciles” (EL UNIVERSO, 1 de marzo del 2008), sin tocar las áreas estratégicas en donde aparecerán las dificultades. Si hay conciencia de lo que será realidad, sería responsabilidad gubernamental no comenzar desde ahora a aplicar medidas atenuantes. Si el sector privado no toma medidas frente a esta advertencia, no quedará el derecho a la protesta.Solo para paliar el perjuicio nacional de los factores comentados se necesitarán de reservas millonarias (cuidado con los padrinos) que deberán someterse a un estricto control de objetivos e inversiones.De otra parte, el gobierno de Correa sufre el ataque a sus objetivos de gobierno: el problema FARC con Colombia. La habilidad venezolana toma para sí la situación y hace gala de su fuerza militar. Ojalá que con esta actitud el presidente Correa sienta fortaleza para la solución, evitando así que la vía diplomática se convierta en problema militar.