jueves, enero 17, 2008

Entorno incierto

Cuando se habla o se escribe sobre economía no se puede soslayar el tema de la política general en el país. Las economías (macro y micro) funcionan eficientes cuando operan en un entorno político previsible. Como los gobiernos son los mandamases, prescinden de esta premisa hasta el extremo de cambiar las reglas del mercado mediante posiciones creadas ex profeso. (Usualmente las leyes de economía dictadas bajo los principios del desarrollo se las aplica por reglamento).A través de las impetuosas declaraciones del presidente Rafael Correa se logra conocer su agenda mental que crea grandes incertidumbres. Si se depura lo que ya el Presidente lleva expresado y las leyes que ha dictado se comprenderá que, manejando “todos los poderes”, puede dictar reglas a su conveniencia política, que sirvan o para cambiar el panorama nacional o para debilitar a la oposición.Está fuera de duda que el sector de la inversión privada resulta ser la oveja negra a criterio del Presidente; cuando es el motor principal y factor multiplicador que crea la riqueza, que luego el Estado la aprovecha y la distribuye. Se señala y se desprestigia a dicho sector en general, mientras se ignora, nada pasa, en el sector público, en donde se desarrolló, a raíz del petróleo, una economía de contratos. Son bastante conocidos los beneficios de particulares –no del Estado– que deja este tipo de política, en realidad es perjudicial para la economía de desarrollo del país.Un punto débil de la estrategia política de un gobernante está en abrir diversos frentes al mismo tiempo, y el presidente Correa ha contravenido esta regla. No hay que subestimar al opositor, porque también tiene talento y sus propias estratagemas y estrategias. La mayor desventaja en la incertidumbre radica en que las huestes que parecen acompañar al poder no son fiables, están presente pero su posición es débil e inestable. Toda estrategia se desgasta.Al entregar el petróleo y las obras públicas a las Fuerzas Armadas, excluyendo la Aérea, se abrió un nuevo frente, se hace de lado al sector privado; en los cuales, por obvias razones, muchos recursos estatales dejarán de ingresar a la caja fiscal; a la vez, lo que deja de percibirse tiene que ser recuperado vía impuestos.¿Será esta actitud del Presidente lo que ha dado lugar a la protesta en la Marina, o es que hay algo de mayor calibre que la fuerza impulsora de la dicha actitud? Si es verdad que las Fuerzas Armadas no son deliberantes, no se puede cerrar la información y la comunicación de los hechos sobresalientes, que asimilan sus miembros. Cuando prescinden del uniforme de fatiga, son ciudadanos deliberantes.Señor Presidente: comprendo que a usted le resbalan las críticas de cualquier tono o matiz. Pero esto de tener una política de desarrollo con parámetros de incertidumbre y riesgo, resultará fatal. No somos ni queremos ser Venezuela. Queremos ser Ecuador a pesar de su discrimen hacia Guayaquil.¿Acaso no se estarán dando las condiciones para una recesión?

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