jueves, octubre 09, 2008

La turbulencia continúa

No se trata de ser negativo al observar el panorama del ambiente político de este tiempo previo a las elecciones del próximo febrero, sino más bien de evaluar el realismo del tiempo que nos está tocando vivir. Las tendencias y la percepción analizadas sin dogmatismo llevan a concluir que las ideas de indecisión y los días de incertidumbre continuarán hasta que se despejen algunas incógnitas. El panorama está complicado como para aventurar algún pronóstico; pero por la forma tan elemental y rutinaria en que se está llevando la acción resulta que es lo mismo de siempre; y llena de promesas repetitivas y redundantes. Hasta ahora no se habla de los grandes problemas del país que requieren fuertes y sabias inversiones de capital, como son: el petróleo, agua, energía eléctrica, medio ambiente, etcétera. Nada nos dicen del “cómo” para estimular la inversión privada en áreas fundamentales para aumentar el empleo y el ingreso personal y lograr, así, detener el éxodo demográfico, principalmente de profesionales valiosos para el desarrollo. Todos estos y otros más, son temas medulares, que parece que a las necesidades le hacen una manoletina. De otro canto, el hipotético número de aspirantes a candidatos presidenciales hace que se convierta en un proceso débil que daría lugar a sorpresas: retiro de candidaturas, asociaciones entre candidatos y otros tipos de acuerdos, que podrían perjudicar el desarrollo socioeconómico del Ecuador, acerca del cual no se ha hecho una mención seria de parte de ellos. No se ha visto ni publicado algún comentario al respecto. (¿Es que acaso el Ecuador tiene que ser únicamente sujeto de política sin desarrollo económico?). Es deber recordar que al país le falta una política para el desarrollo planificado y sistemático, que lo vuelva a su verdadera vocación agrícola. Hoy más que antes el Gobierno está enceguecido por el dinero que viene del petróleo, y se mira casi con desprecio los miles de hectáreas de tierra que están sin cultivar por falta de políticas gubernamentales adecuadas, que además inciden en el éxodo del habitante rural hacia la ciudad, creando en ambos lados (el rural y el urbano) los consiguientes e innumerables problemas. Volver al desarrollo de la economía agrícola no es retroceder, y más vale significa anticiparse a la solución de sustanciales problemas. Tecnología e información hacen de la vida rural de hoy una actividad diferente de la que fue hace más allá de cinco décadas. No es herejía ni disparate. Finalmente la intervención femenina, que ya viene siendo norma en la administración pública, atraerá un nuevo contingente al electorado. Sin que sea pecado político, el pensamiento y el razonamiento femenino incidirán en el peso que tengan los actos políticos y la legislación futura. La inversión privada está intranquila frente a la adinamia gubernamental. La única señal de vida, el único mensaje que la ciudadanía recibe es cuando ocurre el frecuente cambio de nuevos ministros. Quisiéramos que los candidatos nos hablen de la dolarización, sus resultados y su futuro; del nuevo papel del Banco Central; del futuro del comercio exterior; del TLC y de la nueva moneda.

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