jueves, enero 05, 2006

Sin alternativa, a la deriva

¡Qué paradoja está viviendo el país por dos acontecimientos en su vida política! Los diputados están de vacaciones; así los medios disponen de más espacio para “culturizarnos” en otros temas; y porque el Presidente ha vuelto a meter la mano en el bolso de sorpresas buscando colaboradores para su inestabilidad emocional y administrativa.El estilo para gobernar, característico del Presidente, cada día es más evidente: sin visión ni perspectiva, sin estos factores el administrador, aunque sea intuitivo, no busca alternativas (la arrogancia es mortal en administración). Así, sus colaboradores, seleccionados por distintos medios, sin objetivos precisos, caen en manos de sempiternos burócratas al servicio de intereses particulares. Es el juego de la gallina ciega.El Presidente está enredado en sus propias redes. No acierta a salir, y quizás, en ese afán, cada vez cae en nuevos hoyos, con la complacencia de la oposición política visible y la subterránea también. Parecería que ya ni hace falta que lo empujen.El último episodio son los cambios en el Gabinete. No es que ha faltado oxígeno en el Gabinete: lo que falta es dirección. No tiene sentido político y administrativo la forma en que se prescinde de la Ministra de Economía, cuando por propia declaración de ella, dice que no ha hablado con el Presidente durante dos meses y medio. Esta actitud sería una prueba de que ni le dio misión ni controló el desempeño; cuando es vital para un país con una economía tan vulnerable, crear políticas de desarrollo económico para generar bienestar. Un médico que cree que la dolencia de su paciente se curará solo por evolución, sin la medicina adecuada, estaría dejándolo que muera.El Presidente es inteligente pero carece de la sabiduría necesaria para sus decisiones, o está dejando que otros las tomen por él. ¿Hay acaso un Mefistófeles a su espalda? ¿Es el Presidente un individualista, un descreído, influenciable o terriblemente arrogante? ¿En dónde radica la falla administrativa?Lo terrible es el porvenir, la perspectiva del país. ¿Qué tenemos a corto y largo plazo? Si usamos visión de gran angular, solo se pueden ver crisis de diferente orden.Nadie puede negar que el Mandatario es persona inteligente y que tiene educación. En dirección de política pública no es cuestión de “veamos qué sucede”, porque esta actitud es de aprendices. Equivale a subestimar a la comunidad que lo eligió.Medite, señor Presidente. No espere que le llegue la sabiduría asesora: búsquela. Amplíe su pensamiento para que vaya más allá de lo que es su experiencia médica. Cambie su punto de vista.El año 2006 será un desafío histórico, por la circunstancia electoral; pero que traerá graves problemas en el área de desarrollo económico, TLC, manejo de política internacional con los nuevos gobiernos que están surgiendo; exportación de productos primarios, utilización de petrodólares para el bienestar, y un largo etcétera.Recuerdo ahora lo que dijo un gerente profesional de una empresa en Colombia, que estaba prácticamente quebrada: “Yo salvo a esta empresa, pero mañana todo el mundo deberá pasar por la caja y cobrar lo que será su última remuneración”. Al cambiar su perspectiva, convirtió la situación negativa en prosperidad.

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