jueves, octubre 11, 2007

¿Adónde llegaremos?

Ya podemos ponernos a pensar en una nueva estrategia para las empresas de negocios. La votación de los ecuatorianos en el referendo fue ampliamente favorable a las nuevas posiciones lideradas por el Presidente de la República. Desde el inicio de la campaña electoral el Presidente comandó el episodio republicano, y como es de simple lógica política, la mayoría de estas fuerzas, y la burocracia con toda su zona de influencia, se arrimaron a la candidatura. Se daba por descontado el éxito.Parecería que la estrategia seguida por el ahora presidente desde que apareció como candidato, no ha sido cosa improvisada; al contrario, bien planificada, con objetivos precisos, con análisis bien estrujados, y conocimiento del contexto. La sorpresa fue el triunfo sobre lo tradicional.Ahora el país mira al futuro. Tantas promesas preelectorales tienen un plazo para ser cumplidas. Ahora el Presidente estará pensando en el corto plazo que es lo del día a día, y las medidas de impacto inmediato para efecto en el largo plazo, porque tiene que acallar a sus opositores. Y dentro de la selección de sus decisiones deberá tener sabiduría para distinguir entre lo fundamental y lo superfluo. Ahora mismo, como era de esperar, la inflación comienza a dispararse, y será difícil detenerla toda vez que la incertidumbre y el riesgo aún reinantes, no proporcionan el ambiente adecuado para aumentar la inversión, la producción, y el consiguiente empleo.Sabio es lo escrito por el conocido futurólogo empresarial John Naisbitt, cuando dice: “...porque los países no crean las economías. Son los empresarios y las compañías los que crean y revitalizan las economías. El papel desempeñado por los gobiernos debe ser el de crear un ambiente propicio para que prosperen los empresarios y las compañías, y no convertirse en un obstáculo para el desarrollo económico. (La mayor parte de los gobiernos creen que su función es la de establecer reglas y regulaciones...”).El mundo ha comenzado a vivir en una economía global en donde proliferarán los tratados, los acuerdos y las preferencias. Cada país quiere conseguir su propio desarrollo para interconectarse. En las épocas de la información y las comunicaciones va desapareciendo la exclusividad y las fronteras, y surge otra manera de mirar las cosas. ¡Cuidado que el presidente Correa esté mirando su mandato con la misma visión que sus criticados antecesores!Todavía no sabe el Ecuador –a pesar del segundo triunfo– adónde se quiere llegar. Se trata de definirlo por lo que no es: neoliberal, cuando es conocido que hemos venido marchando sin ideología alguna. Y si es socialista siglo XXI, se irá por una ideología intervencionista que tendrá cambios en la forma y no en el fondo del socialismo. Sin embargo, ahora se ensalza a Eloy Alfaro, un estadista de ideas profundamente liberales, que lo demostró hasta la inmolación.Luego del triunfo con la Torre de Babel que será la Asamblea, en la cual se hablará todos los idiomas, el Presidente esperará contar con que le aflojen la camisa de fuerza que, dice, es la Constitución actual. Se espera que soltadas las amarras puedan “cumplir” lo que hasta ahora no lo ha hecho, con tal de que se mantenga la real democracia, y no lleve al país por la autarquía y el chavismo. Para llegar no necesita el país darle color a sus objetivos.

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