jueves, abril 08, 2010

Cambio en equipo asesor

El Presidente, con pocas pulgas que tiene y su afán de no pensar en positivo sino de actuar cuando se le sube la sangre, está poco a poco enredándose en sus propias leyes que, más temprano que tarde, servirán para su propio final. No es esta una sentencia sino una apreciación virtual de lo que ocurre cuando un administrador crea su propio enredo creyendo que los demás caerán en la telaraña.

El cambio anunciado en el equipo de ministros, que son sus asesores más directos, está esperando con paciencia franciscana que la trompeta anuncie el término de la función que han venido ejerciendo, con quién sabe qué promesas.

Reemplazar con frecuencia el equipo de gobierno puede tener varios significados que van desde el aspecto político personal. Prescindir de un colaborador para atraer otro significa una nueva aventura.

Dentro del nuevo equipo esperamos que haya miembros con suficiente carácter y temperamento para lograr equilibrar las fuerzas negativas que influencian, principalmente desde dentro del gobierno mismo.

De otro canto, también debemos aceptar que sirviendo casi todas las nuevas autoridades ídem del presidente Correa, son los mismos componentes de este nuevo batido. Y sobre todo que lo hagan reflexionar acerca de la injustificada sentencia contra la situación del caso de Emilio Palacio. Los rendimientos de este caso son negativos, y en cualquier situación resulta ser producto del estilo catalogado por el Presidente.

Desde que asumió su cargo el economista Correa ha dedicado su tiempo a planificar y desbaratar lo que construyeron los anteriores gobiernos. Para mala suerte, aun habiendo creado sus instituciones sometidas, no lo ha conseguido, no obstante el temor que siempre conlleva y las frases sucias del lenguaje presidencial.

La corrupción de las autoridades, ahora es difícil saberlo, sigue entronizada entre contratos, mientras la situación económica se sigue deteriorando. Van tres años del mismo gobierno y el pueblo no siente los resultados prácticos. La inflación de precios sigue su marcha. La leche marca un nuevo punto inflacionario y devaluatorio de la moneda.

En la operación política no se puede comprender cómo se licúan otra vez las mismas naranjas que en la primera operación ya debieron rendir lo máximo. Eso de la necesidad de oxígeno es un cuento, porque la falta de este elemento no le adiciona a quien se lo aplica, más las habilidades que ya exhibió a su tiempo.

El arte de gobernar, aunque es un arte, demanda mayor destreza para la selección de la gente que colabora en los destinos de una empresa, el gobierno o una misión. De ahí que se me hace difícil entender cómo pueden dar buen resultado aquellos elementos que no supieron o no pudieron hacerlo.

Ojalá que con este cambio el Presidente logre la cordura que el país demanda, estamos viendo que la economía no mejora y que el PIB se deteriora con la consecuencia de que los demás factores se afectan en la misma forma.

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