jueves, noviembre 02, 2006

Evaluación de la incertidumbre

La historia de ayer no ha cambiado: más vale continúa la incertidumbre y las incongruencias que afectan al desarrollo económico del Ecuador.El próximo presidente tendrá que afrontar problemas de gran seriedad y gravedad. El equipo que acompañe al triunfador debe tener altos quilates de idoneidad. Lo primero que se necesita es que el pueblo ecuatoriano crea en ellos. Sin fe en los nuevos dirigentes, subirán y bajarán sin pena ni gloria; lo único que conseguirán será una línea para su carpeta.A pesar de estar todavía con los ojos vendados los resultados finales ya indican tendencias que sirven para la percepción. Hay tanta carga de subjetividad en la evaluación y el análisis, que se necesita una buena dosis de independencia e imparcialidad para lograr una evaluación no subjetiva.Si las tendencias se cumplen, cualquiera que sea el triunfador, el sector privado -básicamente el de los negocios- va a sufrir un remezón. El triunfador estará al mando y el perdedor, con la fuerza de la casi igualdad, será el crítico con un gran angular ubicado en la vereda del frente. No habrá calma política.Las empresas de negocios tienen que estar alertas, casi al minuto, de rumores y noticias que pudieran influir en su entorno; pues, desde ahora ya se siente cierto nerviosismo, producto de la incertidumbre. En una situación así habrá vulnerabilidad e incongruencias que los estrategas corporativos deben vigilar. Las empresas de negocios no están libres de contaminación, y la gerencia superior tiene la responsabilidad de tratar de convertirlas en oportunidades. El análisis de la demografía del voto podría cambiar la realidad del diseño, y mostrar la diferencia con la percepción.Para la etapa electoral hubo un mercado político cuyo voto había que captar, conscientes de que habría una segunda vuelta. Quien se consideraba presidenciable, cumpliendo ciertos requisitos, podía presentarse a la subasta. Al llegar a la segunda vuelta el mercado está definido y solo queda el producto representado por los dos finalistas.Al cambiar el mercado electoral, hay que rediseñar las tácticas aprovechando incluso algunas de los perdedores. En el caso de negocios, Drucker llamó a esta táctica el judo empresarial, que consiste en utilizar las fortalezas y debilidades en beneficio de quien lo aplica.En la estrategia político-electoral de la nueva etapa se van a emplear nuevas tácticas. Los pensadores estratégicos que asesoran a los participantes vivirán muy alerta en el nuevo proceso. En algunos casos será necesario copiar o imitar, ser creativo o neutralizar.La campaña de la segunda vuelta, sin resultados aún precisos, está iniciada por parte de los contendores; ya no hay espacio para la suerte o para la habilidad: la presumimos como una campaña de estrategia. Hay que completar los votos que hacen falta para ganar, que se podrían conseguir del campo contrario o incursionando en el de los que ya no intervendrán.No se aprecia todavía si habrá cambio o transformación con el nuevo gobierno. Mantener falsas expectativas con promesas distantes de poder cumplir, sería una burla. Si se sigue cavando en el mismo sitio, las incertidumbres aumentarán.

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