jueves, abril 05, 2007

El futuro de hoy

No es cuestionable. El escenario político que vive el país permite especular y casi pronosticar los días difíciles que vendrán para la política y la economía del país. No se trata de ser pitoniso, sino de analizar los hechos, lo que ha sucedido y lo que está sucediendo, para prever lo que vendrá. Hay que tratar de comprender el hoy para determinar lo que podría sobrevenir mañana. Y como expresó un analista político: “La crisis recién comienza.”Ya se observan los primeros síntomas del llamado “Socialismo del Siglo XXI”. Ataque al sector bancario, a ciertos sectores detentadores de riqueza, a grupos políticos y económicos, y otros tantos sectores en los que el presidente Correa siente, percibe o deduce que pueden haber francotiradores contra su gobierno.Las consecuencias de esta actitud persecutoria todavía no se sienten significativamente en la vida económica del país, porque aún se está bajo los efectos de la inyección de dinero que significa la época de fin de año, pero van a sentirse en adelante, a medida que se vayan secando los efectos múltiples de la no acción estratégica.El privilegio natural de ser un país de grandes áreas para generar riqueza, sufre de la paradoja de ser pobre por el mal reparto del ingreso y sus consecuencias. Tal situación origina el revoltijo en que se encuentra nuestra sociedad actual.La sociedad ecuatoriana está deformada, es casi un monstruo. Si nuestros antepasados que cuidaron tanto los principios y valores se levantaran, preferirían volver a sus tumbas al saber que hasta sus apellidos son denostados.Las neuronas de un gobernante deben desgastarse buscando el bien para sus conciudadanos, no preconizando antagonismo ni confrontación. Una actitud de esta naturaleza termina poniendo a unos contra otros. ¿Es tal vez lo que se busca? Y al final, los pueblos entran en una guerra civil. Truculento, ¿verdad?Una casa se construye para el futuro. Un gobierno es sabiduría administrativa para el futuro. El gobierno que quiera administrar el pasado gana méritos para su sepultura. Al pasado hay que aprovecharlo arrancándole lo que tuvo de bueno. Sería como aplicar, al arte de gobernar, la ley del menor esfuerzo.Para mala suerte, aunque se diga lo contrario, el país está regionalizado. Hay una región más privilegiada que otras, situación que se remarcó más desde que comenzó la época del petróleo.El gobierno actual debe buscar equidad, seguridad y crear oportunidades de trabajo. Todos los ecuatorianos tenemos, además, la obligación de poner nuestras ideas al servicio del Gobierno, pero cuando este las busque en paz y en concordancia con buenas intenciones. No queremos lucha de clases: ni forajidos, ni coloraditos, ni exclusivos de Samborondón. La población ecuatoriana necesita paz y trabajo. Aunque mencionar estas necesidades resulta redundante y cansón, es realidad que los pueblos se levantan cuando no tienen qué hacer.¡Manos a la obra! Volvieron las promesas en su intervención del domingo uno de abril del 2007. Ahora por lo menos, el Ecuador tiene un documento sobre el que podrá juzgar, analizar y reclamar, porque si las cifras llegan a lo que se ha pronosticado, se podrá entonces decir que el país podría haber encontrado el rumbo.

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