jueves, marzo 09, 2006

La innovación es futuro

El mundo no puede sustraerse a la globalización. La tecnología ha avanzado tanto y a tanta velocidad que la tradición o lo convencional van siendo cosas del pasado, pero que con la fuerza que les da el tiempo, es difícil despojarse de ellos para buscar otra manera diferente de pensar o hacer.Ya no hay fronteras. Desde que el éter se convirtió en el inexpugnable medio para transmitir los invisibles impulsos de las radiaciones eléctricas, no ha aparecido otro elemento que lo sustituya. El único medio es la innovación constante como elemento que fuerza a la mente del ser humano a oponer la innovación a la tradición.En general se considera que la innovación es un proceso económico, que se lo confunde con la invención. Son dos procesos diferentes e independientes: en el primero se busca la mejor utilización de los recursos, y en el otro persiste una voluntad y una disciplina a una idea preconcebida para crear algo que hace falta. (Ej. Édison y su búsqueda para crear el bombillo eléctrico).Entre la innovación y el invento existe la Serendipia (Serendipity): es el encuentro por casualidad de algo que se puede considerar útil. Hay miles de ejemplos que van desde Colón al descubrir América; de Newton al observar la caída de la manzana que lo llevó a descubrir la ley de la gravitación, o de Plunkett que descubrió el teflón como gran aislante.En esta época de globalización que en el mundo real significa ver el desarrollo de la vida de manera diferente, no necesariamente del lado opuesto sino buscando nuevas alternativas.Este proceso va de la mano de la educación que hoy se imparte intraempresa. La abundancia de seminarios que se imparten van dedicados a hacer mejor lo que se está haciendo, o a recordar lo que ya se aprendió. El procedimiento es racional cuando se trata de mantener una situación o un proceso idóneo: pero falla cuando se trata de sacar el mejor provecho a lo conocido. Por tanto, la innovación viene a ser un término más que científico económico, y como es renovador es un acto que mira al futuro.Está bien que las empresas estimulen la productividad, pero productividad sin objetivos es crecimiento vegetativo. Si se estimula y se prepara al personal para la observación que aprovecha la serendipia, de pronto surge un Arquímedes que grite: ¡Eureka! Para que la innovación ocurra hay que preparar la mente del personal para que observe sistemáticamente los sucesos, los procesos y los estilos. Lo cual significa cambiar pautas, modelos y estilos de administrar, que las empresas en ocasiones no están dispuestas a hacerlo por temor al desequilibrio que se pudiera producir.Pero alea jacta est: la suerte está echada y no hay marcha atrás. No va a suceder que desaparezca toda la tecnología que está acercando a los continentes, a las culturas y a otra manera de hacer las cosas. Ahora mismo, usted lector, estará pensando en que ha observado otra manera de pensar y hacer, pero que la lógica lineal y la tradición en que la civilización nos ha envuelto, constituyen un muro que se está desmoronando más por la innovación que por la invención.Édison: “Hay una forma de hacerlo mejor. Encuéntrela”.

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