jueves, marzo 16, 2006

Visión global

El mundo entero ha entrado en la era de la competición global. Este proceso involucra países, instituciones, empresas transnacionales, finanzas, productos, empresas, grupos, sistemas y contenido de información, agricultura, y hasta la misma tecnología de la que se podría decir que es la que genera el cambio. La miniaturización, la velocidad y la ampliación de horizontes originan una antes no concebida manera de proyectar actividades.La cultura enciclopédica que el ser humano podía conseguir mediante su educación formal o su autoeducación, rebasa los límites de sus millones de neuronas y lo va convirtiendo en una especie de pigmeo cultural, en un especialista como para que se cumpla el viejo aforismo de que cada vez se sabe más acerca de menos y menos. El desafío cultural para tener una relativa buena visión del mundo que impone a los profesionales, por ejemplo, que permanezcan en constante investigación, análisis y estudio de sus profesiones. La intensidad de la información acerca de cada especialidad es tal, que si no corremos nos agarran.Situación similar ocurre en la vida de las empresas, instituciones y organizaciones de todo tipo, no hay exclusiones ni exclusividades. La transformación es inevitable y hay que acometerla antes de llegar al fracaso.El estilo de vida sufre una gran transformación por consecuencia de una serie de factores incontables que van desde la inflación, los programas de estudio –o la falta de ellos–, pasando por las religiones y el intercambio de personas que fácilmente van de uno a otro continente. Por consecuencia se produce la empatía en las culturas y en los mercados. Esta especie de “huida” de la civilización anterior está llevando a la transformación profunda.Descubrir en dónde radica lo positivo-negativo de la actividad que se viene desarrollando, demanda un estudio profundo, independiente e imparcial de la situación. Será de otra manera, forma y estilo como se competirá en la economía global. La ética será diferente. Las economías, las religiones y las culturas competirán en mercados que por la velocidad de la información, las facilidades de la comunicación y el transporte cada vez más rápido, será complejo hacerlo. Quizás las empresas de la nueva tecnología lleguen a limitar la competición internacional, y así estimulen la creación de empresas locales que absorban desempleo.Llego a pensar que la visión de Estados Unidos cuando persigue dolarizar las economías y proteger su poderío competitivo de lo que representan China, India, el renacimiento de Japón, otros países asiáticos, la Unión Europea, es la de crear un escudo para protegerse de aquellos que armen sus propios tratados de defensa económica.El aislamiento no es posible en un mundo interconectado. Las reglas internacionales cambiarán. Todos, todos, los valores nacionales cambiarán, al igual que muchos pueblos cambian con las invasiones o con las guerras. En este punto cabría preguntarse si los pueblos y naciones soportarán o seguirán luchando por independencias, autonomías, descentralización... como lo hace Afganistán.El capitalismo como sistema de inversión productiva no desaparecerá; al contrario, tendrá nuevas oportunidades y desafíos –y también riesgos–. Por el momento no asoma en lontananza, lejos, un nuevo frente, como fue la Unión Soviética.La innovación de la geopolítica que cambia las corrientes económicas es la nueva tónica en el panorama global.

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