jueves, diciembre 06, 2007

Estaba escrito...

Lo escribí varias veces y lo dije otras tantas sin ser Casandra, que por las circunstancias socio-política-económicas que venía viviendo el país, en cualquier momento aparecería una fuerza contraria para detener la ola de inercia, y en el retraso, que marcaría otro rumbo distinto, por disposición del mismo pueblo.Así pues, el país en lontananza, puede otear un nuevo futuro, futuro que hoy ya existe en el mismo presente. Nuevos actores entran al escenario, muchos de los cuales son imberbes en nuestro criollísimo estilo político. Situación que, desde luego, nos lleva a predecir días de incongruencia, luchar por las posibilidades que vendrán apareciendo en el camino, ambiciones y cascaritas de plátano; desde luego, no faltará la ausencia de fidelidad a la causa que hoy abrazan.Pero a pesar del triunfo consideramos que, por mucho que se haya logrado movilizar a miles de ciudadanos, no es símbolo de éxito para dejar de gobernar. Porque quienes sin ser políticos observan el panorama, tienen la evidencia que hay una enorme cantidad de días perdidos, pensando cómo neutralizar o destruir las fuerzas políticas contrarias que han vivido en campamento propio.Puede ser que el tiempo (¿hasta cuándo?) pruebe que los actores de hoy sepan jugar el ajedrez político, y la consecuencia sea el descabezamiento de piezas importantes del anterior régimen, pero también podría ser que haya que cumplir con padrinos escondidos o de última hora.En política no hay fair play desde que se definió que “es el arte de lo posible”. Ningún adversario, por ingenuo o abierto que sea, muestra sus fuerzas. El engaño en política, como en la guerra, tiene un papel sobresaliente. En el tiempo hay que observar los reemplazos, y se sabrá quiénes han estado formando la patrulla.Lo que más costo político y económico podría tener es la incertidumbre y el riesgo. Ahora hay un gobierno con filosofía política diferente de los anteriores. El tiempo va a decir si es de cambio, de fuerza electoral moviendo a las multitudes para simular mayoría, o si seguirá cavando en el mismo hoyo. Porque no se observa todavía en el horizonte medidas que en verdad movilicen al país en una nueva dirección y hacia el desarrollo. Mientras tanto la inflación y escasez comienzan a aparecer. Ojalá que no se llegue adonde ya está la aventura venezolana, cuando las familias ecuatorianas que viven allá han comenzado a pedir que se les mande ciertos artículos como leche, huevos y otros, porque han desaparecido del mercado pero se los consigue en el mercado negro.El temor reside en que el presidente Correa hasta el momento es un teórico de la política nuestra, y cometerá errores, muchas veces empujado por otros más avezados, cuando entonces la larga noche del neoliberalismo se podría convertir en el dramático amanecer del socialismo siglo XXI.Para quienes miramos la política desde la galería, queremos resultados; estos en un país desfalleciente tienen que darse haciendo convalecer al paciente. El tiempo, hoy más corto que antes, nos dirá si el nuevo gobierno es de revolución, de cambio o de transformación. Los resultados tienen la palabra en este período de nuevos actores.

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