miércoles, noviembre 28, 2007

Políticas impulsoras

Tiempo suficiente ha tenido el gobierno de Rafael Correa para impulsar el desarrollo del país mediante políticas económicas que todo jefe de Estado siempre tiene a la mano para afrontar contingencias. Sin embargo, en el país muchas medidas de otro tipo se han tomado –y parece que se seguirán tomando– usando tales medios.Nuestra preocupación va en el sentido de que el Presidente, lleno de energía y afán publicitario no está gobernando; y si se vivía en la incertidumbre hoy estamos acercándonos al caos, cuando son otros los que estarán dirigiendo la rutina, mientras entra a laborar la Constituyente, que con sus ciento y tantos miembros llegará el momento en que no tendrán qué hacer y buscarán como hobby crear leyes y más leyes para mantener entretenidos a los medios y a la oposición.Cuando ocurrió la sorpresa electoral, el nuevo presidente habló del “cambio”, y ciertamente era esta una demanda de los votantes. Pero lo que ocurre con posterioridad es que no hay cambio sino actitudes negativas, llamadas a crear resentimientos, regionalismos, destrucciones institucionales, etcétera, para crear una soberanía en un país en que fomenta la timidez política, al igual que en Cuba, Venezuela y Bolivia.Los políticos siempre han hablado a estos pueblos de los gobiernos democráticos, y luego en la realidad se tornan autocráticos olvidando los términos del éxito electoral. La psicología de estos procesos es que rápidamente comienza el desgaste, y el Gobierno otrora triunfante, se ve envuelto en el descontento popular que lleva a la intolerancia. La corrupción aumenta, la política económica no funciona, el desarrollo se paraliza, la inversión observa la producción, el capital huye. Los bancos sufren la baja en los depósitos, el consumo se abstiene, y la espiral inflacionaria comienza su proceso. Aparece el mercado negro. El gobierno comienza a sentir los efectos en la caja fiscal.El presidente Correa ha hecho pública su animadversión a ciertos sectores de la inversión privada y a instituciones autónomas de servicio público; lo cual ya deja entrever su quehacer a su retorno de Asia que coincidirá con la instalación de la Constituyente que será su baluarte.Con el regreso de su viaje, más otras acciones, como es tener prensa y radiodifusora propias, más las enfermedades que aquejan a ciertas funciones del Estado, tiene el Presidente impuestas las tácticas por seguir para armar un combate político cuya estrategia no se conoce. Lo que se puede deducir hasta ahora es que lo que se está haciendo es seguir el camino de Venezuela. Y esto no es cambio: es pintar las paredes de otro color.El cambio debe ser a la medida. Debe de haber beneficios, por si de economía se trata, todo lo que se resta debe ser sustituido con beneficio. De lo contrario resulta que se está partiendo el mismo tronco con diferente hacha.Reflexione en profundidad, presidente Correa. El Ecuador necesita, demanda cambios profundos que vayan desde la educación elemental hasta la mentalidad y filosofía de honradez en el actuar de los mismos del Gobierno.El país demanda tener un líder, un conductor para sus causas. Si se sigue el camino que hasta ahora parece trazado, nuevamente nos dejará el tren.

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