jueves, febrero 28, 2008

Fuerzas destructivas

Naturaleza y falta de acción social se han juntado para poner una nueva frontera al desarrollo económico del país. Después de pasar un año de gobierno Correa (Socialismo siglo XXI) nada extraordinario, que supere logros anteriores, para decir que el cambio de gobierno con elecciones, referéndums, consultas populares y/o mayorías ad-hoc, no ha logrado el cambio que se esperaba, luego de que los hombres que habían hecho liderazgo, decidieron que había llegado el tiempo de su retiro. (En la carrera política es muy importante la estrategia del retiro).Aparentemente las razones para las guerras por la supremacía política desaparecían con sus líderes, y se producía así un vacío que había que llenarlo. Y se llenó con dos nuevos personajes desconocidos en el quehacer puramente político. Academia y mercado contendieron y triunfó la academia.La academia es teoría, pensamiento robusto, observación y conocimiento de la ecología social y sentido común; pero no es experiencia, visión perspectiva, enfrentamiento y, finalmente, acción. Y la acción consiste en administrar y dirigir las esquinas estratégicas que demandan el desarrollo económico y el social de una nación.Desafortunadamente para el país, el Gobierno está desincronizado en el tiempo por estar enfrascado en dirigir su administración hacia lo que signifique castigo o medidas que eliminen la oposición política, que todavía no existe como cuerpo y que por la misma carencia de líderes es enclenque, capaz de ser asimilado políticamente por cualquiera aventura. Utilizar el tiempo de gobernar para tratar de destruir a enemigos de por sí débiles, no tiene sentido político, cuando se demanda más tiempo para la acción. La administración general del país está retrasada, y más se retrasará con la visita del mal tiempo que creará muerte de sembríos, falta de producción y abono a la especulación y la corrupción. Nacimiento de la economía subterránea.Con la fuerza destructiva del invierno que está soportando la geografía ecuatoriana, salen a flote las fallas –aparte de las geofísicas, las administrativas–. El Gobierno ha tratado, sin éxito, de cubrirse en política y administración. Aparte de ministerios, una serie de entes con perfil burocrático que a la hora de la prueba para nada han servido. La incertidumbre política está en apariencia cubierta, pero lo que viene para la economía del país es demasiado serio y duro para dejar de pensar y, sobre todo, actuar en soluciones.No solo se trata de inundaciones que han afectado la vida de cientos de familias, sino del porvenir que tales seres tienen que afrontar en el presente y para un largo futuro rehaciendo sus vidas.El Gobierno no ha estado preparado para lo venidero. Ha estado dirigiendo solo el presente, y creando leyes, reglamentos y acuerdos que sirvan para anular la oposición, como antes lo dije. Los intereses creados son como un hongo que crece alrededor del poder político; y como siempre hay tal, el hongo nace y crece allí donde el caos produce la oportunidad.La emergencia invernal sorprendió al Gobierno in púribus. El hecho administrativo tan contundente de entregársele la emergencia al Ejército es claramente indicativo de la falta de preparación civil para administrarla. La institución militar afronta la dura tarea y la responsabilidad de administrar el futuro. Las fallas y los errores serán de los nuevos responsables. Es posible que hasta se llegue a crear el ministerio de desastres.

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