jueves, octubre 22, 2009

El nuevo poder

… Si llegaba a la presidencia del país era porque ya había recorrido en su vida política y contribuido a mejorar y luchado por una nueva sociedad, y lograría, por tanto, ser un buen mandatario. El Ecuador ya denotaba fatiga, y decepción y desengaño con sus dirigentes políticos y sus políticas de gobierno. No había tal. Desde adentro, el destino ecuatoriano marchaba nuevamente a afrontar las olas destructivas de un gobierno que salvará al país de las nubes de políticos imberbes.

No fue así. Los que llegaron solo trajeron ambiciones personales y objetivos de enriquecimiento mediante los cargos y puntos estratégicos seleccionados como rendidores. El tráfico de influencias se estaba utilizando en gran medida; y lo que es más, la vieja escuela estaría tras de los novatos que luego sirven de mascarón de proa.

Para mala fortuna del país las sombras negativas no han desaparecido, y esto hace que se lleven ya casi tres años los nuevos jerarcas y no se consigue que se llegue a un fin que le traiga al país una esperanza. La tolerancia, una virtud que es parte del liderazgo, no existe como política de Estado. Siendo esta debilidad el talón de Aquiles del Mandatario, no será difícil armar las estratagemas cada vez que se quiera que se equivoque. Recuerdo que hace algún tiempo leí una obra de espionaje, en la que se inventó una máquina que a distancia podía hacerle cambiar el temperamento al mandatario para que se equivocara en situaciones de ventaja para los usuarios.

Las últimas noticias hablan del poder que han tenido los inefables miembros del círculo rosa, en torno del poder presidencial. Según relatan las fuentes de la información, son cientos de miles de dólares que se escapan diariamente, noche a noche, de las garras del señor Marx y van a encontrar asilo en los bolsillos de los privilegiados. ¿Es este el cambio que se perseguía, para luego con patriotería gritar que se trabaja por y para el país, mientras a través del subterfugio y la escapatoria, más las operaciones de medianoche, brincan de un bolsillo a otro los miles de dólares que luego hay que completarlos creando impuestos que a su vez se trasladan al sistema monetario, generando el efecto negativo que produce todo déficit?

¿Cómo reaccionará ahora el Mandatario con esta nueva revelación de un hecho anticambio, que tenemos derecho a pensar el largo tiempo que ha estado vigente el sistema de marras?

¿Habrá que esperar uno de esos sábados temperamentales explosivos para conocer el criterio y la reacción del jefe? ¿Podrá acaso el jefe hablar sobre la corruptela de gobiernos anteriores, cuando el actual ha perdido su brillo y su transparencia?

Maradona perdió los estribos ante la prensa (ver EL UNIVERSO, 16 de octubre del 2009) y cuando se habló de la falla argentina, también echó la culpa a la prensa. ¿Sucederá cosa igual de parte del Mandatario nuestro que tiene como pecadores al círculo de sus consejeros, asesores y funcionarios sobresalientes?

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