miércoles, noviembre 14, 2007

Llamado a la inversión

El presidente Rafael Correa en su visita a Chile para asistir a la XII Cumbre de jefes de Estado invitó a hacer inversiones en el Ecuador, respetando sus leyes. Desde luego no amplió el concepto para indicar los parámetros en los cuales debe enmarcarse la inversión, así como tampoco se refirió al ambiente de seguridad y garantías que demanda el capital extranjero. No era el momento oportuno para hacerlo.No creo que la referencia haya sido un impromptu, pues si de inversión extranjera se trata ya se conoce que es un tema que el Presidente lo masca pero no lo traga. Habría que ver cómo piensan los socialistas del siglo XXI.Pero escribiendo en positivo, es posible pensar que la referencia a este tipo de inversión tiene y debe ser beneficiosa para el desarrollo económico de nuestro país. Durante el corto tiempo que habrá tenido el Presidente para hacer un diagnóstico diferencial –tal como se expresa en medicina– se habrá dado cuenta que en el país no existe la voluntad abierta de inversión de riesgo, como la tienen en otros países más antiguos que el nuestro en artes comerciales y de manufactura.Por la inseguridad política que ha venido viviendo el país se han dictado leyes de alto costo social y alto costo de desarrollo económico que han frenado la inversión extranjera directa, que ha preferido entrar a ciertas áreas apalancando actividades que bien habrían podido ser desarrolladas con capital nacional al mezclarse el conocimiento tecnológico y administrativo (know-how) que tal política trae.De otro canto, las empresas nacionales, por el eterno temor existente, convierten mucho de los ahorros empresariales en dinero golondrina, que huye a países extranjeros, alimenta a bancos extraterritoriales y financia inversiones allende al territorio ecuatoriano.Si se quiere atraer inversiones para eliminar las ineficientes –que no hacen lo que deben hacer– o las nuevas que aumenten la productividad nacional, será necesario crear el marco legal y laboral y el ambiente social receptivo, para aprovechar los recursos intra e interregionales, que darían a los países de la región una cierta autonomía económica y financiera, a más de política.Tras la referencia al tema que hizo el Presidente en Chile, es posible que se esté pensando –con otros presidentes– en crear un conglomerado financiero de los países latinoamericanos, que al igual que la Unión Europea se quieran aislar de los recursos de las instituciones usamericanas. (El Banco del Sur y la moneda común irían por ese camino).Pero no se puede pasar por alto el “proceso de globalización” en que está empeñado el mundo de hoy. La globalización exige nuevos criterios de inversión y comerciales, y por consiguiente un nuevo tipo de management empresarial en que la ecología y las finanzas –hechuras del ser humano– sean materias de la nueva forma de administrar las empresas de negocios. Con estos cambios, los productos se tornarán más competitivos y se fabricarán en una diversidad de países. La capacidad de consumo aumentará porque se corregirán los procesos que fallan o son parciales en la actualidad.

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